Un estudio realizado muestra que personas que consumen mucha información sobre las celebridades tienen poca capacidad intelectual.
La obsesión con celebridades implica un bajo coeficiente intelectual. No debería ser muy sorprendente saber que las personas que consumen de manera frecuente información sobre celebridades tienen bajo coeficiente intelectual.
Quizá la pregunta sea si es la cultura chatarra la que produce personas estúpidas. ¿O las personas estúpidas tienden a la cultura chatarra? La respuesta seguramente es ambas, en un círculo vicioso inextricable.
Una nueva investigación sugiere que la obsesión por las estrellas de la cultura pop podría estar relacionada con una menor inteligencia. El estudio, realizado por investigadores húngaros, publicado en BMC Psychology, halló una asociación directa entre la adoración a las celebridades y un peor rendimiento en pruebas cognitivas.
El estudio encuestó a 1,763 adultos que participaron en una serie de tareas, incluyendo una prueba de vocabulario de 30 palabras y una prueba de sustitución de símbolos numéricos. Los participantes también completaron un cuestionario de “escala de actitud hacia las celebridades” diseñado para medir su interés en los famosos.
Este cuestionario requería respuestas simples de “sí” o “no” a una serie de afirmaciones como “A menudo siento la necesidad de conocer los hábitos personales de mi celebridad favorita,” “Estoy obsesionado con los detalles de la vida de mi celebridad favorita,” y “si tuviera la suerte de conocer a mi celebridad favorita y él/ella me pidiera hacer algo ilegal como un favor, probablemente lo haría.”
La obsesión con celebridades implica un bajo coeficiente intelectual. Los resultados revelaron que las personas que obtuvieron las puntuaciones más altas en la escala de actitud hacia las celebridades también tuvieron un rendimiento bajo en las pruebas de habilidad cognitiva
Esto sugiere un vínculo potencial entre un interés intenso en las celebridades y menores habilidades cognitivas. Sin embargo, los investigadores reconocieron la complejidad de esta relación. No pudieron determinar de manera concluyente si la obsesión con la cultura de las celebridades causa menores habilidades cognitivas o si las menores habilidades cognitivas llevan a una obsesión con las celebridades.
Los investigadores sugirieron que el esfuerzo cognitivo invertido en mantener una obsesión con una celebridad favorita podría interferir con el desempeño de la persona en tareas que requieren atención y otras habilidades cognitivas.
“Estudios futuros deberían buscar más apoyo para nuestra sugerencia de que el esfuerzo cognitivo invertido en mantener la absorción en una celebridad favorita puede interferir con el desempeño de la persona en tareas que requieren atención y otras habilidades cognitivas,” dijeron los investigadores a PsyPost.
“Aunque nuestra investigación no prueba que desarrollar una poderosa obsesión con una celebridad favorita cause obtener puntuaciones más bajas en pruebas cognitivas, sugiere que podría ser prudente monitorear cuidadosamente los sentimientos hacia [ellos].”
Estos hallazgos ofrecen una perspectiva crítica sobre el impacto de la cultura de las celebridades en el rendimiento cognitivo. Si bien disfrutar de las noticias y chismes de celebridades con moderación es inofensivo, una preocupación excesiva por la vida de los ricos y famosos podría afectar la función cognitiva y la inteligencia general.
A medida que nuestra cultura continúa elevando a las celebridades a un estatus casi mítico, se producen costos cognitivos. El consumo de información basura engendra cerebros de baja calidad y capacidad de sostener la atención en tareas más demandantes pero que por ello también rinden mayores beneficios y crean hábitos más virtuosos.
La obsesión con celebridades implica un bajo coeficiente intelectual. Por LUIS ALBERTO HARA