El Mar y Paz de Can Picafort sigue con esa alma viajera y de disfrute de los buenos momentos, tan canalla como lo fue en sus inicios.
Mar y Paz, un restaurante con alma viajera. Doña Primavera, de aliento fecundo, se ríe de todas las penas del mundo… Más bulla y más temprana alumbra ya la aurora, el sol los campos dora y con otro resplandor brilla el mar. Las aves se enamoran, los peces, y aun se aman enlazados el árbol y la flor.
Naturaleza toda, cobrando nueva vida, aplaude la venida de abril bienhechor. Bienvenidos al colorido y alegre Mar y Paz. Bienvenidos al paraíso donde el mediterráneo se fusiona con la cocina viajera y el espíritu de libertad y te sumergirá en una experiencia gastronómica única, en un entorno relajado y puramente cautivador.
Como una flor de primavera resurge de nuevo nuestro amado Mar y Paz. Los árboles empiezan a florecer y en los campos se ven multitud de colores tal como luce la fachada de este rincón veraniego.
Nos cuenta Toni que han ampliado la capacidad de la sala interior, ya que cada cierto tiempo, sienten el impulso irrefrenable de mejorar con la intención de ofrecer a sus clientes más confort a la experiencia gastronómica.
Este espacio cuidado y mimado hasta el mínimo detalle está cargado de memoria, raíces y cultura mediterránea viajera. Aquí todo fluye: la cocina al fondo de la sala un acogedor comedor, una barra y unas dos terrazas. Identidad en lo decorativo y también en lo gastronómico.
La carta del Mar y Paz está elaborada por platos mediterráneos con influencias del mundo.
Ir a comer o cenar en Mar y Paz se convierte en una escapada muy tentadora. Aquí la comida se convierte en un lenguaje común, reuniendo recetas clásicas reinventadas para ofrecer una cocina progresiva. Una cocina adaptada al paladar contemporáneo, cocina de corazón donde es palpable el amor por lo que hace uno y lo que ofrece.
Empezamos nuestras recomendaciones con el Yukhoe, un tartar coreano de solomillo de ternera semi-cocinado a soplete en mesa. Lo acompañan de verduras encurtidas en vinagre de arroz y huevo marinado.
También te recomendamos el tartar de salmón con humo de encina, corazón de queso crema y aguacate, toques de cilantro, jengibre y perlas de wasabi y soja; o las zamburiñas a la plancha, con ajo, jengibre y cacahuetes tostados.
Pescados locales como el «Gall de Sant Pere» o arroces típicos como la paella o el sabroso arroz con Bogavante, siguen siendo los protagonistas. Una cocina sencilla con platos reconocibles, intuitiva, pero bastante identitaria«, reconoce Noe.
«Eso sí, pasada por la mirada creativa, amplia, curiosa y viajera«, afirma. «No vamos a inventar nada nuevo, no lo pretendemos. Sólo queremos que salgas de aquí diciendo qué rico he comido y voy a volver», cuenta.
Mar y Paz, un restaurante con alma viajera. Por Bernd Eldelbar.