En la retórica de Ivan Illich predomina el análisis de la metáfora, y en este sentido, su figura intelectual se postula como uno de los precursores de los usos actuales en la ciencia interpretativa que ha venido luchando contra el problema epistemológico de las representaciones dominantes e impuestas, como la metáfora del progreso.
La metáfora del Progreso, el poder profesional y la Muerte. El poder profesional es una noción que para Illich está imbuida de un corpus metafórico, simbólico, de representaciones sociales instauradas, que lo legitiman contra esa iatrogenia sistematizada. Conviene rescatar íntegramente una cita amplia:
[… ] los cuerpos de especialistas que hoy dominan la creación, adjudicación y satisfacción de necesidades constituyen un nuevo tipo de cártel o agrupación de control.
Están establecidos con más arraigo que una burocracia bizantina, son más internacionales que una Iglesia universal, más estables que un sindicato industrial de la misma rama y están dotados de competencias más amplias que las de cualquier chamán y de un poder sobre lo que ellos dicen ser víctimas mayor que el de cualquier mafia […].
Hoy los doctores y los asistentes sociales (como antes sólo lo hacían los sacerdotes y los juristas) consiguen poder legal para crear la necesidad que, por ley, únicamente ellos están autorizados a satisfacer […]
Las autoridades que, durante la era liberal, estaban unidas en el médico individual para el tratamiento del cliente se las ha apropiado ahora la corporación profesional. Esta entidad se modela para sí misma una misión social.
Es un hecho que durante los últimos veinticinco años la medicina ha dejado de ser una profesión liberal para pasar a ser una profesión dominante, al obtener ese poder de dictar lo que constituye las necesidades sanitarias de la gente en general. Los especialistas de la salud, en cuanto corporación, han adquirido la autoridad de determinar qué cuidados sanitarios deben proporcionarse a la sociedad.
Esta reflexión nos acerca al concepto de muerte. Especialmente, cuando menciona a la “corporación profesional” y al actual estado de la capitalización y medicalización de la salud como una perspectiva dominante.
Y dice, no sin cierto aire poético: «la muerte mecánica ha vencido y destruido a las demás muertes». Se atreve a desarrollar sus «etapas» socio-culturales en la historia de la Humanidad; un recorrido que concluye en la objetivación de la muerte de un sujeto como un fenómeno de carácter meramente utilitarista: el sujeto muere «cuando deja de ser productor y consumidor».
La metáfora del Progreso, el poder profesional y la Muerte. Destruyendo el concepto de Salud: el humanismo radical de Ivan Illich
Al final de la obra, en su propuesta para superar esta fase histórica que es la némesis médica, arguye que hace falta recuperar «la autonomía personal» en el ámbito de la salud; un «despertar ético».
Algo que tiene su parte de razón, en la medida en que reclama algo que el tiempo ha hecho aún más evidente: la necesidad de un nuevo código, tanto moral (para el paciente-enfermo), como deontológico (para el experto-médico) a la hora de afrontar la enfermedad, así como la erradicación del modelo de empresa médica.
Pero también tiene su parte de error, al no concebir que el pensamiento es colectivo, dinámico y evolutivo, y la ciencia ha entrado de lleno en todo esto: el conocimiento cada vez más profundo de la naturaleza (física y psicológica) genera avances innegables en el mundo de la salud.
Aunque la ciencia invade todos los aspectos de la vida, el avance de la cultura no es algo que pueda ser obviado. Illich denuncia, eso sí, la forma en que tiende a reducirla al mínimo, a «expulsarla» progresivamente de determinadas parcelas del saber, como la salud.
Aquí es donde entra, como una aguja hipodérmica (nunca mejor dicho), la teoría de la lucha de clases del marxismo tradicional en materia de Salud.
La metáfora del Progreso, el poder profesional y la Muerte. Párrafo del texto escrito por Rubén G. Herrera