Según Nietzsche, la «Eterna recurrencia» plantea que cada momento de la existencia, cada acción y experiencia, se repetirá exactamente de la misma manera, una y otra vez, en un ciclo eterno e infinito. Esto implica que nuestras vidas, con todos sus detalles y circunstancias, se repiten exactamente de la misma manera una y otra vez, sin fin.
Daniel Bilmes «Eterna Recurrencia». Este concepto tiene profundas implicaciones filosóficas, ya que plantea preguntas sobre el significado de la vida, el libre albedrío y la inevitabilidad del destino. Para Nietzsche, la idea de la Eterna Recurrencia era una invitación a vivir la vida de la manera más plena y auténtica posible, ya que cada momento se repetiría infinitamente.
Algunos artistas buscan replicar la vida real con lujo de detalle en sus pinturas, y hay otros como Daniel Bilmes que construyen un mundo propio. Este artista, que reside en Los Ángeles, entreteje etéreas figuras femeninas en escenarios abstractos al pasar un pincel rastrillo sobre pintura casi seca. Como resultado, sus sujetos parecen flotar en un fascinante paisaje onírico.
Eternal Recurrence, se compone de una mezcla de retratos abstractos con motivos naturales, así como algunas pinturas figurativas de cuerpo entero.
El hilo conductor de la serie es la textura distintiva de su obra, así como uso de una paleta de colores apagados de marrones, cremas, rosas y un azul ocasional.
“Siempre me he interesado en el proceso de cómo se construye algo, por ejemplo, me pierdo en cómo se tejen una figura, una mano o una tela, el ritmo visual de las texturas me fascina”, afirma Bilmes “Me concentro más en cómo cobran vida mis pinturas, que en el producto terminado”.
La serie enfatiza el poder visual de la textura a través de las numerosas líneas “peinadas” a través de la pintura. “Intento infundir el comienzo de cada cuadro con tanto movimiento y energía como sea posible”, continúa. “Empiezo con las pinceladas más largas y voy bajando. Me gusta mover mucho la pintura cuando está húmeda y luego rasparla mientras se seca”.
Este meticuloso proceso le da a sus piezas un toque aún más artesanal, como si estuvieran hechos con pastel, en lugar de pintura al óleo. Esta técnica también enfatiza las texturas de la piel, la ropa y el cabello.
La mayoría de las figuras de sus pinturas parecen ser una con el fondo. Esta apariencia ligeramente inacabada da la sensación de que la narrativa de la composición se está desarrollando frente a nuestros ojos.
Además, la conexión entre las figuras y el pequeño mundo que ocupan crea una energía palpable en el lienzo. “Tejo mis figuras en entornos abstractos donde el tiempo y el destino las empujan y las arrastran”, dice Bilmes. “Gran parte de la historia está en las pinceladas y los ritmos visuales”.
Daniel Bilmes «Eterna Recurrencia». Por Regina Sienra (para My Modern Met)