Su entorno es inspirador donde sea que ella esté y en la vida cotidiana siempre hay una imagen especial.
Historias contadas a través de las fotografías de Ewa Cwikla. Cuenta una historia con fotos: eso es lo que le gusta hacer.. El poder de capturar el instante diario, tener la capacidad de convertir lo ordinario en un momento único, porque su cámara y su vida son dos conceptos indisolubles.
Historias contadas a través de las fotografías de Ewa Cwikla. Para Ewa, la fotografía es algo más que técnica y trucos.
El secreto no reside en el color, la composición y la forma, sino en el contenido emocional. Los otros elementos y herramientas técnicas solo pueden contribuir a aumentar el poder de la imagen. Una fotografía debe conducir a un sentimiento y esto a una sensación. Este es el desafío de las imágenes de Ewa.
Si uno tiene que elegir entre emoción o técnica, prevalece la pasión. Siempre puedes aprender la técnica, mientras que las emociones son el fruto de un milagro único, un instante irrepetible.
Las emociones impulsan nuestra existencia, siempre están cerca de cada uno de nosotros, pero no siempre son fáciles de capturar por el fotógrafo. Ewa Cwikla ha estado en el mundo de la fotografía durante más de 20 años.
Actualmente posee una empresa privada con su estudio. En los últimos años, Ewa se ha dedicado en cuerpo y alma a la fotografía y no solo con fines de lucro o dedicada a los clientes.
Después de tantos años de fotografiar a sus clientes, disfruta de la sensación de descubrirse a sí misma como artista. Ella se esfuerza por hacer fotografías que realmente la representen.
Para cada sesión fotográfica en la que confía, se mantiene cerca de su propio concepto, se basa en su significado y creatividad. Ella no planea con anticipación. Parece tener un instinto para esto, y de alguna manera siempre toca el acorde correcto.
La visión fotográfica de Ewa es estar más cerca de las personas, sentir la vulnerabilidad de cada ser humano. Se siente satisfecha y feliz si puede retratarlo en sus imágenes.
Historias contadas a través de las fotografías de Ewa Cwikla. Por Leonardo Lee.