Peter Hujar: revelación, misterio, ferocidad y calma. No fue un fotógrafo de éxito, aunque su huella quedó patente en otros fotógrafos como Nan Goldin o Robert Mapplethorpe.
En vida, publicó tan sólo un libro de fotografías ‘Portraits in Life and Death’ (Retratos de Vida y Muerte). Con una sensibilidad especial hacia el retrato, su trabajo se desarrolló entre las décadas de los cincuenta y setenta con una atención destacada hacia los movimientos sociales y de liberación homosexual.
El azote del sida en los ochenta, enfermedad que el mismo Peter Hujar padeció, también fue objeto de su mirada.
Peter Hujar se enmarca dentro de la tradición fotográfica del retrato, fue un retratista en todo lo que hizo. Fuera cual fuera el tema —un amante, un actor, un caballo, la superficie del río Hudson o los apacibles rasgos de su propio rostro—, lo que movía y motivaba a Hujar era la chispa del encuentro y del intercambio entre el Artista y el/lo Otro, estableciendo una relación directa con el retratado que le permita adentrarse en su verdadera naturaleza
Un rasgo distintivo de su arte es la invisibilidad de la técnica en sus fotografías y al mismo tiempo su preocupación y cuidado por la misma. Hujar realizaba sus propias copias y se consideraba asimismo como un buen impresor.
Lo que movía a Hujar era la chispa del encuentro y el intercambio entre el artista y el otro. Sus imágenes trasmiten serenidad y otorgan gravedad al objeto de su atención al pausar el acelerado paso del tiempo y erigirse en un momento eterno.
Sus retratos combinan revelación y misterio, ferocidad y calma en modos que a veces resultan familiares. Su obra no puede valorarse sólo por lo que deja ver, sino también por lo que parece mostrar.
Peter Hujar: revelación, misterio, ferocidad y calma. El mítico día en que Peter Hujar retrató a Allen Ginsberg
En invierno de 1974, la escritora Linda Rosenkrantz pidió al fotógrafo americano que le contase todo lo que hacía en una jornada. De aquella conversación surgió el último libro dedicado al trágico artista
Murió en la pobreza, víctima del sida y sin conocer la fama. Sin embargo, Peter Hujar (Nueva Jersey, 1934-Nueva York, 1987) es hoy una leyenda.
Una figura trágica, rodeada de misterio, cuya infalible mirada contribuyó a definir una era; la creativa escena artística del bajo Manhattan en los años setenta y ochenta. Sin duda, el autor era carismático, alto y apuesto —aunque él nunca se lo creyó—.
Adusto y severo para muchos, divertido y cálido para otros. Promiscuo y siempre sin blanca, todos los que le trataron coinciden en describir el irresistible encanto de oírlo hablar.
Estrechamente vinculado a los movimientos contraculturales del momento, capturó fragmentos de la realidad neoyorquina de los años 1970 y retrató la escena sociocultural underground fotografiando a artistas y escritores de renombre como Andy Warhol, Susan Sontag o William S. Burroughs, así como a otros personajes anónimos del Downtown.
Su carrera se debatió entre la búsqueda por lograr un reconocimiento en el mundo de la moda de las revistas, como habían logrado artistas por él admirados como Irving Penn o Richard Avedon y su lado más creativo y solitario, que recreaba el Nueva York más intelectual por él conocido y admirado.
Peter Hujar: revelación y misterio, ferocidad y calma. Por Leonardo Lee