Una combinación de talento y genialidad dio como resultado la «mirada kubrick», un gesto cinematográfico de notable efecto emocional y psicológico.
La «mirada Kubrick». El atisbo cinematográfico a las oscuras regiones de la locura. Es una técnica cinematográfica distintiva utilizada por el legendario director Stanley Kubrick que, por la contundencia de su efecto visual, emocional y psicológico, ha dejado una marca indeleble en la historia del cine.
Esta mirada icónica se ha convertido en sinónimo de intensidad emocional y se ha utilizado en varias películas de Kubrick para crear momentos de gran impacto dramático.
Características físicas de la mirada Kubrick
La mirada se caracteriza por un personaje que baja la cabeza mientras mira hacia arriba a través de sus ojos, creando una apariencia amenazante o loca. Es una mirada intensa y penetrante que a menudo se asocia con emociones fuertes como la ira, la locura o la determinación. La cabeza inclinada hacia abajo y los ojos mirando hacia arriba contribuyen a crear una atmósfera de tensión e inquietud.
El talento de los actores es crucial
Aunque la «mirada Kubrick» es una técnica de dirección, su efectividad depende en gran medida del talento del actor en cuestión. El ejemplo perfecto es de hecho Malcolm McDowell, el actor que interpretó a Alex DeLarge en A Clockwork Orange (1971) y quien creó la «mirada Kubrick» durante el rodaje.
McDowell estaba consciente de que la primera toma de la película sería crucial para captar y mantener el interés de la audiencia. Aunque recibió algunos consejos de Lindsay Anderson, su director en If… (1968), sobre cómo interpretar al personaje, la preparación sugerida por Kubrick fue variada y problemática.
Finalmente, McDowell y Kubrick descubrieron la mirada característica de Alex mientras filmaban una escena posterior en la que el joven Droog escucha a su amado «Ludwig Van» en su habitación. Kubrick le dijo a McDowell que iba a «tocar la Sinfonía Coral de Beethoven muy fuerte» y que el actor simplemente debería «ver qué pasa».
A medida que sonaba la música, la mirada «apareció» en el rostro de McDowell y Kubrick comenzó a reír «porque los ojos estaban medio levantados y vidriosos y la boca tomó una expresión extraña».
Esa mirada, que se convirtió en la «mirada Kubrick», fue una combinación de varios aspectos del personaje de Alex y la película que McDowell conocía bien: se suponía que debía estar «un poco drogado», y aunque Alex era un criminal y violador desquiciado e impenitente, él y Kubrick «estaban haciendo una comedia», según declaraciones de la época. Así que la respuesta estruendosa de Kubrick a McDowell fue cuando supieron que habían encontrado la mirada, y McDowell supo que «todo lo que tenía que hacer era repetirla para esa toma inicial».
Intenciones visuales
Kubrick la utiliza para transmitir intensidad emocional y a menudo se asocia con momentos de gran importancia dramática. Puede indicar que un personaje está en un estado mental alterado, poseído por una fuerza externa, o experimentando un momento de realización o decisión. En Una naranja mecánica, la mirada Kubrick se utilizó para enfatizar la naturaleza psicopática de Alex, mientras que en El resplandor (1980), la mirada refleja la descentralización mental de Jack.
Efectos emocionales y psicológicos en el espectador
Puede provocar una sensación de incomodidad o inquietud en el espectador. Puede hacer que el personaje parezca más amenazante, loco o determinado, lo que a su vez puede aumentar la tensión y el drama de la escena. La intensidad de la mirada puede hacer que el espectador se sienta atrapado en la escena, aumentando así su impacto emocional e incluso puede despertar un nivel considerable de angustia.
La «mirada Kubrick» es una técnica cinematográfica tan poderosa y efectiva, que además de que Stanley Kubrick la utilizó en varias de sus películas, otros directores la retomaron después, igualmente con un efecto siempre impresionante.
La intensidad de la mirada y su capacidad para transmitir emociones profundas la convierten en una herramienta valiosa en el arsenal de cualquier cineasta.
La «mirada Kubrick». Por: CRISTHIAN PAGOT