“La leche de la ternura humana”, dice Shakespeare, en una de las imágenes más precisas y elocuentes al respecto. Porque la ternura nutre, sostiene, alimenta, física y anímicamente.
Laura Makabresku: fotógrafa de la ternura en la sensualidad. Se ha dicho que la empatía es la emoción definitivamente humana, quizá no del todo exclusiva de nuestra especie pero sin duda sí un factor determinante en nuestro salto evolutivo hacia la conformación de grupos sociales fuertes, capaces de sobrevivir.
Sin la empatía hacia los otros hacia el recién nacido del todo indefenso, hacia la mujer embarazada, con el anciano dueño de una experiencia y sabiduría invaluables, hacia el herido o el enfermo, etc. el Homo sapiens y sus predecesores no hubieran llegado muy lejos.
La descripción y glosa que, en Totalidad e infinito, hizo Emmanuel Lévinas sobre la caricia, acompaña a la perfección esta mirada fotográfica de Makabresku:
De hecho, más que de sexualidad quizá cabría hablar de sensualidad, no porque sean excluyentes, sino más bien porque esta última evoca la marea que inunda a los sentidos, todos, cuando un cuerpo toca a otro con ternura.
Las fotografías que compartimos en esta ocasión son obra de Laura Makabresku, artista de origen polaco con inclinaciones marcadamente eróticas pero con un tratamiento sutil del cuerpo y la sexualidad.
La caricia consiste en no apresar nada, en solicitar lo que se escapa sin cesar de su forma hada un porvenir –jamás lo bastante porvenir, en solicitar eso que se oculta como si no fuese aún. Busca, registra. No es una intencionalidad de develamiento, sino de búsqueda: marcha hacia lo invisible.
En cierto sentido expresa el amor, pero sufre por incapacidad de decirlo. […] En la caricia, relación aún, por una parte, sensible, el cuerpo se desnuda ya de su forma misma, para ofrecerse como desnudez erótica. En lo camal de la ternura, el cuerpo deja el orden del ente.
Mi verdadero nombre es Kamila Kansy. Laura Makabresku el nombre artístico que utilizo desde que empecé a publicar mis trabajos en Internet. Nací en Polonia, en 1987.
Soy fotógrafa y esta es mi pasión. Creo que esa sensibilidad que me empuja a crear es un regalo depositado en mi alma. Es también una vocación, porque es algo que no es solo para mí misma, sino que entiendo que al mismo tiempo sirve a los demás para profundizar nuestra humanidad y para construir vínculos profundos entre nosotros. Así es como el hecho de crear arte se convierte en la fuente de mi felicidad y plenitud.
Las fotografías de Laura Makabresku están llenas de símbolos místicos y religiosos, y muchas de las atmósferas que recrea parecen salidas de un cuento de hadas.
Cercana a la estética surrealista, Makabresku construye metáforas visuales sobre el erotismo y la muerte. Sus fotografías no son narraciones lineales ni directas, son imágenes que, incluso individualmente, irradian inquietud y melancolía, provocan al espectador, lo atraen como cantos de sirena a un universo oscuro, delicado, asfixiante, trágico y magnético.
Mirar sus fotos nos hace sentir abrumados por lo desconocido, por la inminencia de algo que se escapa a nuestra compresión… y a nuestra vista. Ese es el secreto de sus fotografías: atrapan nuestra mirada y nuestra mente en una búsqueda (infructuosa) del motivo de nuestra reacción.
Las fotos cuentan, en cierto sentido, la historia de mi propia vida: madurando, luchando conmigo misma y con el mundo que me rodea, cayendo y subiendo. Quizás la delicadeza que se percibe en algunas de mis fotos sea simplemente una voz de esperanza que en el fondo está presente constantemente en mi trabajo, con independencia del nivel de oscuridad en el que me sumí muchas veces, sobre todo en mis primeros años.
El folclore y los cuentos de hadas fueron temas recurrentes en mis primeros trabajos, que estaban inspirados en los recuerdos de la infancia que pasé en el campo, rodeada de vida silvestre. Este mundo hermoso pero también brutal afectó profundamente a mi imaginación.
Escuchaba los cuentos de hadas de Andersen y los hermanos Grimm. Estudié estas historias oscuras que, de alguna manera, conseguían aliviar mis propias emociones y tensiones. Pero el objetivo de mis fotos no es ilustrar esos cuentos, lo que hago simplemente es extraer intuitivamente sus símbolos arquetípicos y ese estado de ánimo que transmiten y que me fascinaron desde el primer momento.
Laura Makabresku: fotógrafa de la ternura en la sensualidad. Sus fotografías de Makabresku construyen una narrativa visual que resulta tan misteriosa como elegante y que apela directamente a nuestras emociones más íntimas.
También a las más oscuras. Los espectadores somos parte importante en la obra de esta fotógrafa y artista visual polaca. La imaginación es su mayor herramienta, pero en el sentido más amplio de la palabra:
Makabresku utiliza su imaginación para crear, pero se vale, al mismo tiempo, de la de aquel que observa sus fotos para crear un diálogo a dos artista-espectador que, en su caso, resulta de lo más productivo e interesante.
Muchas de sus fotos son autorretratros que muestran que la eternidad, lejos de ser un estado pacífico de salvación, puede ser tan cruel como la muerte. Así, el cuerpo humano, con su belleza, debilidades, limitaciones y enfermedades juega un papel central en sus fotografías.
Las manos, los ojos, el cabello y el pecho tienen una importante fuerza evocadora que Makabresku combina brillantemente con animales de fuerte carga alegórica y religiosa como pájaros, zorros, cervatillos, y culebras, y objetos cortantes.
Laura Makabresku: fotógrafa de la ternura en la sensualidad. Por Leonardo Lee