Benedicte Piccolillo llena su obra con esa esencia entre el arte renacentista y la modernidad
La erótica de la ilustradora Benedicte Piccolillo. Hay algo totalmente atrayente en el proceso de reinventar, reinterpretar y actualizar tendencias pictóricas de siglos en los que el arte renació con un esplendor inusitado.
Con las líneas, las formas, las composiciones y el tratamiento que se le dieron a los majestuosos retratos que se hicieron durante el Renacimiento, la ilustradora Benedicte Piccolillo llena su obra con esa esencia clásica y la pasa por el filtro de la erótica y el mundo del tatuaje.
Esta artista francesa es diseñadora gráfica y artista callejera y, también, es el talento que se esconde detrás de Voglio Bene. Con sede en Mauguio, al sur de Francia, declara que crea a partir de «coups de Coeur» que puede haber tenido con pinturas antiguas de maestros.
La erótica de la ilustradora Benedicte Piccolillo. Aunque comenzó su carrera como fotógrafa, atraída por el arte digital decidió aprender sola a realizar las piezas que realiza actualmente.
“Me puedo enamorar tanto de una pieza de la Edad Media como de un cuadro manierista. Mi época favorita sigue siendo el Renacimiento, sobre todo italiano, pero también español. Está lleno de pinturas religiosas, cada una más hermosa que la otra, que mantienen y deleitan mi lado espiritual”, explica.
En los últimos años, Bénédicte se ha interesado cada vez más por la historia del arte y quiere dar una dimensión más cultural a su trabajo y es por eso que algunas instituciones y museos han contactado con ella para realizar colaboraciones.
La erótica, la sensualidad o el recargamiento ornamental y decorativo, se mezclan con los tatuajes y la simbología old school en los particulares retratos de Benedicte Piccolillo que son otra manera de entender lo que es un renacimiento artístico.
La erótica de la ilustradora Benedicte Piccolillo. Por Luiki Alonso