La serie de animación para adultos sobre los conflictos de ser un joven Anticristo
Pobre diablo: los conflictos de ser un joven Anticristo. Si a todas las dudas existenciales y los miedos que conlleva esa etapa de la vida en la que tenemos que discernir entre lo correcto y lo incorrecto para ser adultos de bien le sumamos el hecho de ser el Anticristo, el resultado es la ficción demoníaca más divertida e irreverente de la televisión.
Stan podría pasar por un joven normal y corriente si no fuese por el pequeño detalle de que es el Anticristo. En tan solo un mes, cumplirá 666 meses de vida, la edad satánica en la que tiene que poner fin a la humanidad y traer el terror a la Tierra.
Sin embargo, las prioridades de Stan son otras muy distintas: él quiere ser el actor de una obra de Broadway o de una sitcom como Friends.
Esta es la disparatada premisa con la que parte Pobre diablo. La primera serie de animación para adultos producida en España por la plataforma HBO Max es una aventura gamberra y tremendamente corrosiva que maneja a la perfección las claves del humor negro, la ironía, la sátira o la parodia para diseccionar nuestros males como sociedad.
Pobre diablo ha sido ideada y creada por Miguel Esteban junto a los humoristas y actores Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla, muy populares por proyectos como Muchachada Nui y La hora chanante. Producida por Buendía Estudios y tras la buena acogida que recibió en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges, ya está disponible en la plataforma.
En la serie, que consta de 8 capítulos que verán la luz (o la oscuridad) simultáneamente, podréis reconocer las voces de Reyes, dando vida al protagonista y a otros secundarios, y de Sevilla, que se mete en la gatuna piel de Mefisto, pero también contará con el talento de Carlos Areces, Ignatius Farray y de la inolvidable Veronica Forqué, en el que fue el último papel de una actriz clave para nuestro cine.
Forqué es Rose, la madre de Stan, un guiño directo a la Rosemary de La semilla del diablo de Roman Polanski. De hecho, un punto muy fuerte de Pobre diablo son las múltiples referencias que ha tomado de la cultura pop.
Stan vive en Nueva York en el Edificio Dakota en el que asesinaron a John Lennon. Se homenajea a películas como Hellraiser, Evil Dead, E.T o El Exorcista, hay cameos como el de Keanu Reeves e, incluso, se tejen divertidos diálogos que desmontan las reglas de la comedia romántica estadounidense.
Dirigida a ese público que entiende que los dibujos animados no son solo para niños y que han curtido sus cerebros y sus almas con otras series políticamente incorrectas como Rick y Morty, Family Guy, Futurama o South Park, Pobre Diablo se desarrolla con una mezcla de géneros que van de la comedia al fantástico, pasando por el musical.
Como no podía ser de otra manera, una serie ideada por Reyes, Sevilla y Esteban tiene que contener divertidos y absurdos números musicales como el del Club de Incels de Coney Island.
Siempre desde el humor negro o absurdo se tratan temas importantes o trascendentales como el cáncer, el feminismo, el racismo, el veganismo, el heteropatriarcado, el cambio climático, las redes sociales, la familia, la violencia, la diversidad sexual y, por supuesto, el amor que nace, en este caso, en mitad de la eterna lucha entre el Bien y el Mal.
Desde su inocente estilo formal, la serie nos genera serios conflictos internos sobre los males y los claroscuros de nuestro mundo.
Pobre Diablo funciona como un espejo en el que nos vemos reflejados mientras seguimos las andanzas de un entrañable Stan, que se debate entre llevar una vida normal o desarrollar misiones demoníacas junto al retorcido gato Mefisto y su inteligente y ambiciosa prima Samael.
En cada uno de los capítulos, las intenciones de Stan por realizar el Bien se ven truncadas por una humanidad corrompida que termina imponiendo el Mal, eje argumental que nos hace reflexionar, entre carcajada y carcajada, sobre la idea de que no necesitamos que el mismo Anticristo desate el Apocalipsis en la Tierra: nos bastamos y sobramos para destruirnos.
Nosotros y nosotras ya le hemos vendido nuestra alma a este «pobre diablo» y os invitamos a que hagáis lo mismo desde hoy en HBO Max sin daros más motivos o argumentos, porque desvelar otros detalles sobre esta trama única sería un absoluto pecado y nuestro objetivo es seguir haciendo el Bien, pero, ¿qué hará Stan?¿Triunfará en Broadway o provocará el fin del mundo?
Os dejamos con el tráiler de Pobre Diablo, que ya está disponible en HBO Max.
Pobre diablo: los conflictos de ser un joven Anticristo. Por John Headhunter