La relación de la pintura con la obra de Kafka ha sido episódica, el extrañamiento que produce el escritor es similar a la que contemplamos en la obra del pintor murciano Juanjo Martínez Cánovas
Juanjo Martínez Cánovas: Cuando lo grotesco cobra identidad. El artista ha conseguido plasmar en esta serie el mismo sentimiento de desesperación y angustia que nos transmite Kafka a través de sus páginas. Mostrándonos una realidad grotesca, deformada, que parece responder a la situación psicológica del protagonista de la obra y de aquel que la contempla.
Por otro lado, el trabajar sobre el antropomorfismo ha sido consecuencia de un proceso natural. Desde finales de los ochenta, mi hermano y yo, comenzamos a aficionarnos al género del cine de terror y ciencia ficción, recuerdo películas como «Hellraiser», «La mosca» o «Razas de noche» como las primeras veces que veía mutaciones del género humano y por otro lado en casa siempre he tenido enciclopedias y libros de arte e investigando estos, recuerdo la primera vez que descubrí al Bosco como algo fascinante, cuenta el artista.
En la obra de Martínez Cánovas el mensaje fluye de una manera sencilla. Hay quien está vacío de ideas y busca la estética y el mensaje en obras de otras personas para fusilarlas. Lo bueno de dedicarte a crear imágenes, afirma Cánovas, es que tus sentimientos, obsesiones e inquietudes pueden manifestarlos de una manera más o menos inocua.
Simbolismo, fantasía y romanticismo. Juanjo Martínez Cánovas defiende dos conceptos diferentes sobre la belleza.
En el mundo del arte, le llama la atención todo lo que se sale de lo habitual, lo que estéticamente no se considera correcto, los cuerpos y caras perfectas para trabajar en una obra le parecen un tanto aburridos y no dan mucho juego a no ser que busca combinar una parte de belleza estética actual con algo grotesco.
Mi primera exposición individual en 2008-2009 fue sobre las «vanitas» en el Laboratorio de Arte Joven de Murcia, fue una exposición entera sobre la muerte y sobre los cráneos que no eran solo cráneos, como único símbolo sino que estaban acompañados de un autorretrato, en el cual mi rostro, en algunas zonas había perdido la masa, la piel y la carne, se veía el hueso. Es una obsesión. Empiezas a tocarte la cara e imaginas ¿cómo será mi calavera cuando palme? ¿cómo es mi retrato después?
Juanjo Martínez Cánovas: Cuando lo grotesco cobra identidad
Influenciado voluntariamente por la corriente de la baja cultura, el «lowbrow». Haciendo un camino que le va llevando a sitios. En cada sitio va descubriendo cosas que le abren otras puertas.
Este imaginario de bichitos, insectos, metamorfosis, ha llevado a Juanjo Martínez Cánovas a una figuración muy realista y muy técnica en los grafitos y despertó su curiosidad de cómo lo trabajaban los antiguos, Brueghel, El Bosco…