Las esculturas sin disculpas de Julia Agnes se alejan de la idea de la perfección física y la impecabilidad, y celebran la vulnerable imperfección de la edad
Las esculturas de Julia Agnes y la imperfección. Su trabajo es una rebelión a la idea de las expectativas universales de la belleza de las mujeres y tiene una visión antagónica de estas creencias. La edad es un privilegio que se niega a muchos, y las obras de Julia Agnes son una celebración de ese sentimiento.
«Como mujer y artista, la forma femenina es un tema recurrente, tanto en mi obra escultórica como fotográfica. Mi arte es un reflejo de cómo me muevo a través de experiencias extraordinarias y mundanas.
Me atrae crear cuerpos ‘envejecidos’ porque tienen una historia visible, líneas y valles, dibujando un mapa tridimensional de la existencia de una persona, celebrando momentos y gestos cotidianos.»
Julia Agnes es una apasionada escultora y fotógrafa canadiense. Su amor por el arte comenzó en la infancia, cuando tallaba jabones domésticos en pequeñas obras de arte.
Hoy construye esculturas figurativas de observación que internalizan lo físico: las posturas, hábitos y movimientos de los seres humanos. Agnes transmite pequeños momentos familiares, como arrugas en la frente, con gran detalle y con un enfoque impresionante.
Su trabajo es vacilante y honesto. Captura tanto la inocencia infantil como la madurez adulta en una sola pieza. «Es magistral al resaltar la alegría de la autoaceptación y la realidad del envejecimiento y la muerte», afirma Samuel King Davis
Las esculturas de Julia Agnes y la imperfección. Por Rose Sioux