El artista londinense Ben Robins cuenta con una destreza magnífica para mostrarnos todo lo que pasa por su mente.
Imaginación y destreza en las imágenes de Ben Robins. La edición digital nos permite reproducir aquellos lugares tan solo accesibles en nuestra mente, romper las barreras de la realidad y crear escenarios llenos de desconcierto y mucho humor.
¿Cuántas veces hemos soñado con algo tan sumamente extraño que se nos ha quedado mal cuerpo al despertarnos sin saber exactamente por qué? ¿Recordamos la última vez que imaginamos una combinación de elementos que rompían cualquier ley física y eran imposibles de explicar al resto sin que pensaran que estábamos locos?
A Ben Robins, un arista londinense, también le ha pasado; pero él, a diferencia del resto de los mortales, cuenta con una destreza magnífica para poder mostrarnos todo lo que pasa por su mente.
Esa herramienta secreta es su gran manejo del Photoshop, el programa de edición de imágenes digitales más famoso del mundo. Gracias a su destreza con el software, Robins consigue visibilizar escenas imposibles, desconcertantes y, en muchas ocasiones, llenas de humor.
Imaginación y mucha destreza en las imágenes de Ben Robins. “Me encanta el efecto que las fotos pueden tener en las personas. Siempre me ha atraído la habilidad para parar el tiempo y preservar el momento o para coger algo muy rutinario y convertirlo en algo extraordinario”.
Por eso podemos verle subido a una escalera para alimentar a una reproducción de su cabeza de grandes dimensiones, exprimiendo su cabeza como si fuera un limón o construyendo su brazo con piezas de LEGO.
Sus imágenes nos invitan a dejar volar la imaginación y los prejuicios, sintiendo que todo es posible, siempre que contemos con una ayuda de Photoshop, como es el caso de Ben Robins.
Imaginación y mucha destreza en las imágenes de Ben Robins. Por María Toro