La diseñadora Ann Demeulemeester creó un estilo andrógino transgresor y de vanguardia con el aura gótico y romántico de su musa, Patti Smith
Ann Demeulemeester: transgresión y vanguardia. Para los fans de Ann Demeulemeester, el nuevo capítulo de la marca que lleva su nombre sin su fundadora podría haber resultado una especia de traición a la visión y los códigos de la popular diseñadora belga que, junto al resto de integrantes de los Seis de Amberes, se convirtió en una de las creadoras más influyentes de los años 90.
Demeulemeester, que abandonó la firma en 2013 alegando un cambio personal en su vida y dejándola en manos de su equipo creativo –al que consideraba perfectamente capaz de seguir con su legado–, se hizo conocida por su dominio de la sastrería masculina y deconstruida para la mujer, por su estética oscura y su silueta lánguida, por la reinvención de piezas tan clásicas como la camisa blanca y por el uso del blanco y negro como colores principales, entre muchas otras cosas.
¿Es que vuelve Ann Demeulemeester? La “inesperada” historia de la moda belga
“No, no he vuelto”, ríe. “Pitti me había invitado multitud de veces, pero siempre declinaba porque no tenía tiempo. Ahora que lo tengo, ¿por qué no? Me parece genial mostrar tantos años de trabajo, sobre todo si eso sirve para inspirar a las nuevas generaciones”
Una visión del armario femenino que podría haber desaparecido tras su adquisición por Claudio Antonioli, el cofundador de New Guards Group, la compañía que está detrás de marcas como Off-White o Palm Angels. Pero nada más lejos de la realidad: su nueva colección de otoño-invierno 2021/2022 no solo refleja fielmente la visión de la diseñadora, el empresario italiano está en comunicación constante con ella y con su marido, el famoso fotógrafo Patrick Robyn.
«Para mí, es realmente una cuestión de amor. Ann es una de las diseñadoras más importantes de mi vida y creo que en el sistema de la moda en general. Es realmente auténtica, no quiero cambiar la marca«, ha declarado Antonioli, que lleva trabajando con la firma como retailer desde los años 80.
Libre y despojada de los ritmos que marcan la moda, asegura no fijarse en nadie a la hora de diseñar y mucho menos en las tendencias creadas por y para el mercado: «Odio cuando la gente de repente dice, ‘Y ahora vamos a crear una mujer glamurosa, ahora una mujer fuerte‘. Lo siento, soy una mujer fuerte. Y voy a seguir siéndolo. No tengo porque jugar a ese juego«, afirma Ann.
Ann Demeulemeester creó un estilo con gran ímpetu desde sus inicios, utiulizando su propio cuerpo y el de su marido como base para sus investigaciones sobre la forma. En 1987, con otros graduados de la Real Academia de Bellas Artes de Amberes, se dirigió a Londres para el British Designer Show, como resultado de lo cual la boutique neoyorquina Charivari compró su primera colección.
Al principio de su carrera, creó sobre todo ropa femenina y fue sólo en 1996 cuando diseñó su primera colección de ropa masculina. Se inspira principalmente en la poesía, la música y la fotografía. Su estilo es una combinación de elementos punk y japoneses. Todas sus colecciones son caracterizadas por unas formas sencillas y el uso de los colores básicos, por su estilo andrógino, la ausencia de logos y las prendas clásicas de su universo.
Un poco más sobre Ann Demeulemeester
Ann Demeulemeester (1959, Cortrique (Kortrijk)) es una popular diseñadora de moda belga. Acabó sus estudios en 1981, en La Academia Real de Bellas Artes de Amberes, en el departamento Fashion Design. En 1982 ganó el primer certamen De Gouden Spoel (La Bobina de Oro, un premio que se otorga cada año al diseñador de moda más prometedor) y en 1986 estrenó su primera colección de ropa, que presentó en Londres, en la feria de moda British Designer Show. Desde entonces, es considerada como un miembro de «Los Seis de Amberes». Actualmente, tiene 4 tiendas: en Amberes, Tokio, Hong Kong y Seúl y posee su propia empresa de moda «BVBA 32».
Ann Demeulemeester: transgresión y vanguardia. Texto: Marina Valera