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Guillermo Lorca: entre la sensualidad y la violencia

En el mundo de Guillermo Lorca los animales y las niñas se revelan como criaturas preconscientes y amorales. Juntos crean un océano de sensualidad, violencia, ternura y belleza. ¿Es la violencia ambigua y sensual de la naturaleza?

Guillermo Lorca: entre la sensualidad y la violencia. La obra del artista chileno Guillermo Lorca permanece en tu mente mucho después de haberla visto. Golpea algunos de nuestros impulsos y emociones más primitivos y fundamentales.

Pone al descubierto nuestro deseo de lujo, opulencia y placer, y al mismo tiempo, expone la oscuridad que atraviesa la existencia. En medio del delicioso rojo de la buena comida, el oro brillante de los interiores finos, uno encuentra competencia y venganza.

Oculto entre las flores y las hojas brillantes de un bosque hay un tigre o una serpiente. Una hermosa mansión es el lugar de un banquete donde los perros salvajes llenos de sed de sangre causan estragos alrededor de las sábanas blancas.

Seductoras e inquietantes, las pinturas presentan el drama de la naturaleza en una nota intensificada. Las cosas pueden crecer y florecer en riqueza y abundancia, pero los peligros siempre están a la vuelta de la esquina. En cualquier momento puede llegar un depredador, molestar y devorar.

En algunas piezas, junto a monos chillones y gatos agitados, se encuentran jóvenes almas humanas en blanco y negro que exhiben cierta inocencia y valentía. ¿Es este estado un recuerdo de un pasado muy lejano o una visión deseada del futuro, en el que los humanos no viven arriba ni abajo, sino en cómoda comunión con otros animales? Eso lo decide el espectador.

Guillermo escribe:

«En mi obra busco expresar ideas auténticas en el sentido prerrafaelita de la palabra. No hay ironía. En lo personal, mi práctica es la búsqueda de ese espacio psíquico que me aleje del nihilismo. La técnica y el contenido son los que pueden encargarse de esta búsqueda etérea.»

«Desde el punto de vista técnico, me interesa la tradición pictórica artesanal, su belleza intrínseca, las sutilezas de las pinceladas que guardan la mano única del pintor y las múltiples citas a la historia de la pintura. Además, este tipo de pintura, por el tiempo y la dedicación que necesita, me obliga a planificar muy bien lo que voy a pintar. Creo que la técnica tradicional es perfectamente compatible con las nuevas tecnologías.”

¿Es la violencia ambigua y sensual de la naturaleza?

Continúa el artista: «Lo que más me interesa aparte de los procesos técnicos de la pintura, es que los símbolos interactúan entre sí de tal manera que llegan al punto de insinuar sentimientos y producir contradicciones justas y necesarias para tocar las fibras sensibles del espectador.

En esa búsqueda los artistas crean sus propios símbolos que son sagrados para ellos. En mi caso, los animales y las niñas se revelan como criaturas preconscientes y amorales. Juntos crean un océano de sensualidad, violencia, ternura y belleza. Es la violencia ambigua y sensual de la naturaleza lo que más me seduce.»

Los grandes maestros en los que se inspira Guillermo incluyen a Velázquez, Rembrandt, Caravaggio, Lucian Freud, Gottfried Henwein y Frank Auerbach. Sobre su proceso, dice:

«Primero pienso en lo que voy a pintar, espontáneamente obtengo las imágenes de algo que me trae cierta sensación, luego viene el objeto a mi mente y siempre tengo un registro visual de las cosas. que me han llamado la atención.

Me inspiro en el Arte Contemporáneo, Internet y los Viejos Maestros. Comienzo a hacer bocetos y notas en papel, y luego me doy cuenta de que esos símbolos no pueden ser solo aleatorios, y tengo que asegurarme de que la obra no se acabe en sí misma, porque cuando algo es excesivamente narrativo, la caja simplemente se cierra sola.”


Guillermo Lorca: entre la sensualidad y la violencia. Por Tulika Bahadur

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