Por su originalidad o extravagancia las pinturas de Xevi Solá pueden incomodarnos, porque nos despiertan, impresionan y transmiten. ¿Para qué sirve el arte, sino?
Xevi Solá. La belleza y el poder que reside en lo marginal. En inglés existe una expresión, ‘Butterface’, que define muy bien a mis personajes. Son mujeres o hombres que no saben que son sexualmente atractivos porque su aspecto no es normativamente bello.

Pero a su vez, al tener una percepción distorsionada de la imagen que proyectan en los demás, no son conscientes cuando los demás se aprovechan de ellos. A mí me gusta pensar que son seres superiores con un mundo interior muy rico, y egoístamente, es más agradecido intentar retratar el alma a partir de la imperfección.



Históricamente existe una relación entre locura y arte, por supuesto. Sin embargo, creo que trabajar con enfermos mentales te vuelve más cuerdo. De la misma manera que si trabajas en una funeraria tal vez aprendas a vivir más intensamente.

Quiero decir que, fuera de una institución psiquiátrica, las personas tenemos comportamientos muy insanos. No soy consciente de hasta qué punto ha influenciado mi pintura esa etapa. Tal vez haya aprendido a normalizar comportamientos extremos que después he acabado proyectando en mis escenas.


La imagen de la casa en mis obras es icónica, evoca Psicosis, la casa Usher. Para Xevi Solá es una forma de representar el voyeurismo de la sociedad, al vecino que espía detrás de las cortinas desde la ventana, y al mismo tiempo, esta composición convierte a mis personajes en exhibicionistas. El entorno rural también me parece más atractivo y sencillo de representar.

También están los Redneck, fuente de inspiración en mi trabajo y ellos son, simplificando, también muy rurales.

Tan únicos como desplazados, sus pinturas las protagonizan freaks, inadaptados, seres incomprendidos, peculiares y excluidos.

Las pinturas de este artista catalán florecen de una mirada observadora que contempla y visibiliza aquello que no todos tenemos el tiempo o coraje para admirar. Quizás por recelo, egoísmo o despiste. Y sea como sea, por su originalidad o extravagancia, sus pinturas pueden incomodarnos.


Xevi Solá y la belleza que reside en lo singular
Su arte es incómodo porque alecciona, porque nos despierta. Imagenes que impresionan y transmiten. ¿Para qué sirve el arte, sino?




Nos saca de nuestra zona de confort, nos tienta, nos sacude, encontrándonos tan absortos como maravillados. Lejos de dejar a nadie indiferente, sus escenas, vacilantes y atrevidas ponen de manifiesto la magia camuflada tras el delirio, haciendo que estas yazcan en algún lugar entre lo perturbador y lo extraordinario.

La belleza y el poder que reside en lo marginal. Por Xevi Solá