«The Ericsson List» es una investigación realizada por el ICIJ * sobre la historia de cómo el gigante sueco de las telecomunicaciones trató con terroristas y financió negocios turbios en busca de beneficios en todo el mundo.
«The Ericsson List» la historia más turbia y corrupta de las telecomunicaciones. Tras la difusión de la investigación del International Consortium of Investigative (ICIJ*) Journalists y que salieran a la luz posibles acuerdos con ISIS, Estados Unidos acusó a Ericsson de incumplir el acuerdo anti-corrupción.
¿A qué se dedica Ericsson?
Conocida formalmente como Telefonaktiebolaget LM Ericsson, con sede en Estocolmo y con unos 100.000 empleados en más de 140 países, la empresa vende infraestructura, software y servicios de TI y comunicaciones, incluidos equipos 3G, 4G y 5G.
Qué es la Ericsson List y qué dice la investigación
La investigación se basa en una revisión interna de Ericsson filtrada al ICIJ y compartida con una colaboración de más de 110 periodistas de 30 socios en 22 países.
El trabajo realizado por periodistas, documenta un patrón de soborno y corrupción altamente extendido, y una escasa supervisión de la empresa, que se traduce en millones de dólares en pagos realizados por Ericsson que no pudieron ser contabilizados.
Ericsson, efectuó pagos de decenas de millones de dólares en Irak: financió sobornos, viajes al extranjero para funcionarios de defensa, pagos a ejecutivos de empresas locales y para transportes a través de zonas controladas por los terroristas.
Además, creó fondos en negro y esquemas de desvío de dinero para poder operar en territorio iraquí después de 2014, cuando parte del país quedó bajo el dominio del Estado Islámico de Irak y el Levante.
La empresa realizó pagos ilegales para seguir transportando sus torres telefónicas por el país o para conseguir la adjudicación de determinados proyectos, mientras ISIS seguía torturando y asesinando.
La corrupta relación con Irak
Haciendo caso omiso de las advertencias sobre el creciente peligro, Ericsson siguió operando en Irak pagando a contactos con conexiones políticas, mientras se perdían millones de dólares y se ponía a los trabajadores en peligro.
Dos ejecutivos declararon que les dijeron que abandonar Irak sería «prematuro» y «destruiría el negocio», en referencia a las labores de Ericsson en Irak.
Uno de los ingenieros de telecomunicaciones, Affan, dijo al ICIJ que le indicaron que se reuniera con militantes del Estado Islámico y les pasara una carta pidiendo permiso para que Ericsson y su socio regional Asiacell trabajaran en Mosul.
Affan, que trabajaba para un subcontratista de Ericsson, Orbitel Telecommunication, dijo que fue secuestrado por ISIS y puesto en arresto domiciliario durante un mes.
Además, dijo que los empleados de Ericsson lo abandonaron y no respondieron a sus frenéticas llamadas telefónicas durante su calvario. Orbitel no quiso hacer comentarios.
La investigación de la la Ericsson List también descubrió que la empresa participó en prácticas corruptas en Irak, incluso cuando estaba negociando con los fiscales estadounidenses para resolver los cargos relacionados con la acusación de sobornos en otros cinco países.
La respuesta de Ericsson
Después de que el ICIJ formulara una serie de preguntas a Ericsson, el director general de la compañía,, Börje Ekholm dijo a un rival sueco que la compañía podría haber realizado pagos al ISIS por sus operaciones en Irak.
El consejero delegado dijo que la compañía había identificado «gastos inusuales que se remontan a 2018». Dijo que el destinatario final de esos pagos aún no había sido identificado, pero que existían registros de rutas compradas «a través de áreas que han sido controladas por organizaciones terroristas, incluido el ISIS».
Ericsson también emitió un comunicado de prensa en el que decía que después de investigar la mala conducta en Irak:
«Varios empleados fueron desvinculados de la compañía, se tomaron múltiples medidas disciplinarias y otras medidas correctivas…» .
«Además, Ericsson puso fin a una serie de relaciones con terceros y dio prioridad al negocio en Irak para mejorar las actividades de formación y concienciación, las políticas, los procedimientos, y los procesos de gestión de terceros», decía el comunicado.
Ekholm dijo a Reuters que la empresa decidió no revelar la investigación sobre Irak porque «la materialidad de nuestros hallazgos no superaba nuestro umbral para hacer una revelación».
El valor de las acciones de Ericsson se desplomó cuando reveló la investigación sobre Irak a raíz de las preguntas del Centro de investigación de periodistas.
La empresa ha mantenido su postura y ha recordado que la investigación fue exhaustiva, duró cerca de un año y sirvió para recopilar una «gran cantidad de información» y no se concretó que ningún empleado participara directamente en la financiación del terrorismo.
«The Ericsson List» la historia más turbia y corrupta. Por Andrea Peña