Benjamin Bjorklund es un pintor atípico en muchas aspectos. Su formación académica, salvo un breve periodo en una escuela de diseño, es totalmente autodidacta
La esforzada introspección personal de Benjamin Björklund. El mérito es mayor si se considera que las escuelas oficiales de Arte de Suecia han abandonado de facto la enseñanza de los métodos pictóricos en favor del arte conceptual o posmoderno en todas sus variantes.
En un entorno tan poco propicio, Benjamin Björklund se entregó con un inmenso tesón a pintar y pintar sin descanso; años de aprendizaje, de mucha obra desdeñada y de poca complacencia consigo mismo hasta que llegó a un punto en el que consideró que podía producir algún resultado digno de ser compartido con el mundo.
La narrativa técnica de la buena pintura está contenida y se expresa dentro de su propio ámbito. La esforzada introspección personal de Benjamin Björklund
La natural modestia sinceridad de Benjamin Bjorklund le hace confesar esta circunstancia como si su pintura fuese el fruto de un esfuerzo continuado; pero no nos engañemos, el esfuerzo denodado y la práctica sin duda son requisitos para un desempeño eficaz del oficio pero no son por si solos garantía del genio pictórico.
En realidad su esfuerzo ha desvelado una forma única de hacer pintura que produce una suerte de magia que sublima cualquier tema que aborde. Como explica Vincent Desiderio en su teoría sobre la narrativa técnica la buena pintura está contenida y se expresa dentro de su propio ámbito. Cada pincelada, cada color y cada disposición de las formas en el cuadro nos hablan con un lenguaje propio.
La propia vida de Benjamin Björklund también es atípica; habita solo en una casa de campo en la ciudad de Upsala al norte de Estocolmo en plena naturaleza con su gran Danés Ruben (un modelo siempre dispuesto) y el resto de mascotas. En distintos momentos de su vida ha trabajado en un laboratorio de biología, como celador en una cárcel y en un psiquiátrico.
Es un hombre tímido pero siempre afable y dispuesto al buen humor. Celoso de su intimidad ha conseguido, sin embargo, ser una celebridad en los medios sociales. Y todo esto lo ha hecho sorprendentemente sin tácticas de marketing ni búsqueda activa de notoriedad; simplemente mostrando al mundo su trabajo.
La esforzada introspección personal de Benjamin Björklund. Texto: AA