Destacado artista de vanguardia de la escena cubana contemporánea, Santiago Rodríguez Olazábal es también sacerdote de Ifá, una religión afrocubana
Olazábal: defendiendo el acervo de mis ancestros. La palabra tiene una profunda fuerza dentro de la obra de Olazábal, algo que es muy coherente si se tiene en cuenta que la santería se basa en una arraigada tradición oral
Nutrido por tradiciones de origen africano, su obra constituye un poderoso aliciente intelectual para acercarse a las complejidades y la belleza de la cultura yoruba que viajó desde Nigeria a Cuba durante siglos de esclavitud.
En su obra, Olazábal se reapropia de los lenguajes y metodologías de las culturas occidentales tradicionales que combina con el contexto local de fusiones religiosas para expresar la sabiduría universal. Sus pinturas monumentales y sus dibujos representan sentimientos misteriosos, profundos y dolorosos al representar facetas simbólicas, alegóricas y, a menudo, metafóricas de la vida.
La obra de Olazábal expresa la sabiduria universal, defendiendo el acervo de sus ancestros
A través de capas de enfoques híbridos y compuestos derivados de la formulación conceptual de su caleidoscópico recorrido iconográfico personal, Olazábal ha ganado una posición única dentro del panorama del arte cubano contemporáneo, marcado por su exaltación de las aristas del sincretismo religioso.
Cuando Santiago Rodríguez Olazábal ingresó a la escena artística a mediados de la década de 1980, el conocimiento de Ifá comenzó a moverse más allá del dominio esotérico, donde había permanecido bajo el control exclusivo de los babalawos, y así comenzó a circular dentro de los círculos artísticos más liberales.
El conocimiento de Ifá se convirtió en objeto de exposiciones públicas y críticas de arte, siendo reproducido en catálogos y revistas, convirtiéndose así de lleno en un constituyente de la cultura cubana contemporánea.