A lo largo y ancho del mundo proliferan imitaciones de este espacio de trabajo llamado The Factory.
The Factory, el genial estudio de Andy Warhol, es el nombre que recibió el espacio de Andy Warhol en el que realizó la mayoría de sus obras. Desde la fecha de su fallecimiento, este estudio ha adquirido el adjetivo de lugar mítico, ya no solo para sus seguidores, sino para todo tipo de artistas.
The Factory estaba situado en la quinta planta del número 231 de la calle 47 Este en Midtown, Manhattan, Nueva York, aunque más tarde fue trasladado a la sexta planta del número 33 de Union Square Oeste. The Factory fue conocido, además de por atesorar la mente creativa de Andy Warhol, por las grandes fiestas llenas de celebridades.
Estas fiestas fueron el germen perfecto que propició el acercamiento a su figura de bohemios excéntricos. De esta forma, nace un grupo de personajes pertenecientes al grupo llamado Warhol Superstars.
La entrada en este selecto grupo suponía el apoyo y promoción del trabajo del artista por Warhol durante un tiempo, siempre limitado por la nueva elección de otro Warhol Superstar. De aquí puede rescatarse la famosa frase de Warhol: «En el futuro todos tendrán sus 15 minutos de fama mundial».
La decoración del estudio era bastante rompedora e inusual, Warhol recubrió todas las paredes de pintura plateada, papel de estaño y espejos rotos. Esto no fue fruto del azar, sino que, Warhol, a través de sus paredes pretendía lanzar un mensaje:
The Factory, el genial estudio de Andy Warhol. El mundo está en decadencia y el proto-glam de los años ’60 también.
Así, el extravagante estudio The Factory, posteriormente pasó a reconocerse como Silver Factory, además de por su decoración, por las continuas fiestas rodeadas de estrafalarios invitados, las drogas y la fama.
La vida dentro de The Factory
David McCabe, un joven fotógrafo, en 1964 recibió el permiso de Warhol para poder fotografiar y documentar las actividades que el artista realizaba en The Factory durante un año completo. A lo largo de este año, McCabe pudo retratar en sus fotografías a todo el conjunto de celebridades que pasaron por el estudio, desde Salvador Dalí, hasta Mick Jagger o Roy Lichtenstein, personajes tanto o más grandes que el propio Warhol.
En la mentalidad del momento existía una gran permisividad en el concepto de lo que se considera arte o no, por lo que casi cualquier propuesta tenía cabida en el espectro de la cultura en este momento.
The Factory se convirtió, gracias a esta libertad artística, en el sitio perfecto para llevar a cabo las inquietudes de los artistas de la época.En palabras deJohn Cale, miembro de la banda de música Velvet Underground (banda co-creada y promocionada por Warhol) The Factory era lo siguiente:
No se llamaba The Factory gratuitamente, allí era donde se producían en cadena las serigrafías de Warhol. Mientras alguien estaba haciendo una serigrafía, otra persona estaba rodando una película. Cada día ocurría algo nuevo.
La popularidad de Warhol creció con gran rapidez en el mundo, llevando todas sus ilustraciones y el desarrollo del pop art a lo más alto.
A través de la mirada de McCabe (en la fotogalería que encabeza el artículo podrás ver sus imágenes) y su fotografía descubrimos cuál es la rutina de un sitio tan especial como The Factory, un lugar con cierta mística por la grandeza de sus celebridades y que ha pasado a la historia como uno de los estudios de arte más geniales y excéntricos de todos los tiempos.
The Factory, el genial estudio de Andy Warhol. Por Rubén Adán Sánchez
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