¡En pelotas pero con mucho arte!
El hiperrealismo de John De Andrea ¿Cuál sería tu reacción si entras en un museo y te encuentras en una sala con una veintena de personas desnudas? Aunque al principio te sentirías un poco abrumado por el erotismo de la situación, pronto podrías pensar:
“Bueno, no pasa nada, el cuerpo humano desnudo es en sí una obra de arte”. Sin embargo, el impacto es todavía mayor cuando te fijas un poco más en esas personas y descubres que no respiran. En ese momento, que te quedas petrificado y sin aliento, te sumas a la colección de esculturas hiperrealistas del artista John De Andrea.
Desde que la corriente hiperrealista surgió en Estados Unidos en los años 60, John De Andrea ha sido considerado pionero en su campo y referente de las generaciones posteriores y, hasta el día de hoy, ningún escultor ha conseguido superar la calidad de su obra ni el asombro que genera en el público.
John De Andrea ha mostrado desde siempre preferencia por el desnudo femenino, en una búsqueda de lo que él entiende como la belleza perfecta.
Este es el motivo por el cual se relacionan sus obras con las esculturas de la Grecia Clásica, cuyos artistas perseguían plasmar el ideal de belleza. Sin embargo, para John de Andrea, conseguir la belleza perfecta en cada una de sus esculturas significa representar a la persona de la manera más real posible, incluyendo todos sus defectos.
Desde el comienzo de su trayectoria y hasta ahora, sus esculturas han ido evolucionando. Mientras que en un primer momento sus modelos perecían de pie y mirando al espectador, las esculturas más recientes se encuentran adoptando diferentes poses y actitudes e, incluso a veces, interactuando en grupo.
El uso de materiales también ha variado a lo largo del tiempo, al uso del bronce se le sumó el polivinilo, aunque el acabado final, que es realizado a partir de óleo, sigue siendo el mismo.
De hecho, esta es la fase más importante, pues gracias al sinfín de capas de color, resulta imposible distinguir si se trata de alguien real o de una escultura.
Insaciable con el hiperrealismo de sus esculturas, John De Andrea bromea diciendo que si consiguiera hacerlas respirar diría: “¡Ahora sí que he tenido un buen día en el trabajo!”.
Parece ser que sus esculturas también desean respirar, pues no hacen otra cosa que robar el aliento de todo aquel que las ve.
El hiperrealismo de John De Andrea. Por Sylvia Reyes