Es abierto, prudente, cuidadoso, enérgico y considerablemente fascinante. Un pintor cercano que siente y capta las emociones de las personas creando con sus pinceles rostros enigmáticos muy expresivos que cuentan historias, quizás sus propias vivencias del momento.
Franck Sastre, un observador enigmático. A través de sus pinceladas gestuales y como un verdadero conocedor del humano Franck Sastre resalta las emociones más profundas del ser.
¿Cómo lograste tal expresión en tus retratos? ¿Utilizas material de referencia o son puramente producto de tu imaginación?
La imaginación interviene casi siempre en la composición de la pintura. La expresión llegar a ella es más difícil por ser un momento donde muchas veces tengo que repetirme y repetirme hasta sentirme satisfecho. Esto también nos pasa cuando en dicha colección pinto a dos manos con Asun Glez pues el momento nuestro crucial “la expresión” que no quede mal en el dibujo ni tampoco tapada en la pintura.
Franck Sastre y el arte de un observador enigmático
¿Qué buscas a la hora de escoger tus modelos, cuéntanos una historia en relación, cómo las encuentras?
Sinceramente no busco nada, es una atracción de una mirada en algún sitio. En mis pinturas y las que hago juntamente con Asun Glez de estos últimos años son rasgos de personas algunas conocidas por nosotros o simplemente desconocidas donde algo de su imagen o rasgos se queda para poder ser la excusa perfecta de una pintura.
¿Cómo conectas con tus clientes?
Mi conexión es mi pintura y también creo mi forma de ser “tal cual y sin adictivos” con ello quiero decir sin pretensiones de buscar ser el mejor o peor, de triunfos. En el fondo busco crear mi pintura y espectáculo con esa pintura también a mi manera y que las personas lo vayan conociendo.
Exposición permanente de Franck Sastre y Asun Glez en Bella Colina Vintage Hotel de Paguera. Mallorca.
¿Usas una serie de estudios antes de comenzar un proyecto? Y de ser así, ¿qué medios utilizas? y ¿cuánto tiempo te tomas antes de que estés satisfecho con los resultados?
Mis previos están en mi cabeza y los construyo con borradores, de los cuales muchos de ellos van a la papelera. Luego me divierto haciendo mi propio laboratorio experimentando con texturas y pinturas con aditivos dispares. El tiempo es continuo pues casi nunca suelo estar satisfecho eso me genera el no saber parar muchas veces.
¿Sueles adaptarte a las necesidades de tus clientes o es un trabajo en solitario?
Trabajo en solitario, es mi sello de independencia a la hora de crear. Sino por lo contrario y respetando todas las posibilidades haría encargos al gusto, pero nunca serían el sello de mi pintura libre y creativa. Es cierto que muchas veces me dicen algunos clientes que en mi pintura predomina el negro, pero esa es mi pintura dependiendo de los años.
¿Cuáles son algunas de las inspiraciones para crear arte expresión?
Como inspiración “Expresión” puede ser tan infinito como tema pues lo baso principalmente en las miradas, gestos de las personas, aunque a veces expreso la mirada de un animal. Me gusta la expresión de las personas es mi atracción fatal.
Hablemos acerca de tu proyecto en Mallorca, concretamente sobre el Vintage hotel Bella Colina. ¿Cómo surgió todo?
Todo surgió hace unos años en la Nit de l´Art de S´Arracó donde Asun Glez y yo participamos con otros artistas en la Nit de l´Art. Una pareja joven, Daniela Hellmann y Martin Frank, se acercó a nosotros y les gustó nuestra pintura como esa forma espontanea que tenemos los dos de ponernos a pintar delante de la gente a veces. Y allí mismo se interesó por unos cuadros que teníamos. A raíz de esa vez, cada año venían a vernos en las diferentes ferias de Arte que participábamos en Mallorca y hacían lo mismo.
Uno de esos años nos explicó que tenían un hotel y que estaba decorado todo el hotel (habitaciones, pasillos, salones, hall) por muchísimas pinturas nuestras principalmente y de otros artistas.
Efectivamente cuando fuimos a verlo nos impactó muchísimo ver tantas pinturas pintadas por ambos Asun Glez & yo y otras tantas que había pintado por mi cuenta. Era un sentimiento de felicidad ver por las paredes, tomándote una cerveza tantas pinturas y contemplar ese arte vivo entre personas. Solo puedo dar las gracias por estas iniciativas como la del Vintage Hotel Bella Colina en Peguera.
Para mi es un hotel de inspiración “Retro Art Nouveau” con unas vistas al mar a mayores esplendidas y una atención 10 de verdad por parte de las personas que lo llevan, no soy pelota lo dicen los cientos de opiniones que le van dejando los muchos de clientes les visitan.
Franck Sastre, un observador enigmático. Entrevista al artista