Los lienzos de Mario reconocen el legado barroco tanto en la composición, el empleo de la luz y del color, como también respecto al temario y los motivos individuales que trabaja.
Mario Pavez y la juventud a pinceladas barrocas. Pero lejos de tratarse de meras aproximaciones, apropiaciones o hasta simples copias de los maestros de antaño, sus pinturas actualizan su sustrato barroco, añadiéndole unas claves imprescindibles extraídas de la vida de hoy.
Así, desfila por sus cuadros un buen número de personajes con fuerte impronta del “ahora”, desde figuras desbordantes de energía vital (y sobretodo juvenil) hasta tipos raros y de mucho carácter; todos ellos enraizados en el caleidoscópico panorama de Madrid, ciudad que le apasiona.
Mario Pavez y la juventud a pinceladas barrocas. Un crack del estilo neobarroco
Son innegables, pues, las bases barrocas de Mario que le sirven como fundamento para sus pinturas; no las concibe, sin embargo, ni dogmáticas ni intocables […], aspecto llamativo de sus lienzos más recientes, una apertura técnica y cromática que incorpora elementos decididamente no barrocos, cuales colores fluorescentes o un gesto más expresivo, suelto y resuelto, que busca desprenderse de la minuciosidad mimética en favor de un trazado más vivaz.
Encontramos en la obra de Pavez, pues, una multitud de composiciones festivas, con sus disposiciones y su luz inconfundiblemente barrocas, pero pobladas de ‘gente de hoy’, desde millenials en el boato de lo actual hasta vecinos del barrio ‘de toda la vida’, participando en guateques y festejos igualmente inspirados por los costumbrismos de la época, pero en los que Mario acentúa el exceso, la alegría, la frivolidad.
En sus bodegones —tanto con personas como sin ellas— celebra la larga, y asimismo destacadamente barroca, tradició? de la pintura del mundo objetual, dándole un spin muy contemporáneo con la selecció? de sus motivos, bien reconocible en creaciones como su díptico Tequila.
Con esta fórmula neobarroca personal, el arte de Mario aspira a lo que buena parte del arte barroco aspiró en su momento: ser expresió? de una joya de vibra sostenida e inderogable, en medio (y a pesar) de los tiempos revueltos que corren.
Mario Pavez y la juventud a pinceladas barrocas. Por Jorge Alcolea.