Las pinturas a gran escala de Jessica Alazraki aprovechan este ámbito con su honesta y perspicaz celebración de la vida latina.
Para Jessica Alazraki el arte es un puente entre el pasado y el presente. Crea una conexión entre los cambios de pensamiento, estilo, tendencias, culturas, razas, geografía y filosofía del mundo.
En su momento más exitoso, en ese momento en el que un individuo se encuentra frente a una obra de arte y todos esos límites se disuelven, el arte logra la conexión con el alma universal.
En su enfoque en temas mexicanos, las pinturas a gran escala de Jessica Alazraki aprovechan este ámbito con su honesta y perspicaz celebración de la vida latina.
La pintura, «Pink Donut on Pink» (2020), es una escena a gran escala de una mujer matriarcal rodeada de niños, mascotas y baratijas del hogar. El fondo brillante aplana el espacio para eliminar cualquier sensación de distancia.
La mesa inclinada hacia adelante sirve como una invitación y también como una demarcación del espacio pintado y psicológico, ya que la mirada intencionada de la mujer fuera del lienzo imparte un sentido de los demás más allá de los confines del plano pintado.
Ella no se da cuenta del gran interés del perro en la rosquilla esmerilada y en el niño que espera tentativamente la atención, su pie torcido es una señal de que quiere interrumpir pero no quiere meterse en problemas.
Solo el gato mira directamente al espectador, encorvado en un estado de expectativa. La colorida variedad de manteles, muebles, ropa y accesorios llenan la habitación, representando el interior Latinx, mientras que al mismo tiempo le muestra al espectador que tenemos nuestras diferencias y, sin embargo, nos parecemos mucho.
La capacidad de Jessica Alazraki para capturar el momento contemplativo del autoexamen y la tranquila pensativa de las actividades mundanas eleva esas actividades para que sean una celebración de los momentos en los que no estamos tratando de hacer algo más, mejor, más loco. ,
Los grandes lienzos son tan ricos en color, patrones y personas que viven en su propio mundo y están absortas en su propio pensamiento que atraen al espectador y, al mismo tiempo, hacen que el espectador piense en su lugar en ese mismo momento, en frente a la pintura, y tal vez incluso en sus propias vidas.
Sería interesante ver su trabajo expandirse más allá de la concentración de la vida mexicana e incorporar una mezcla más amplia de ideas y visuales.
La oportunidad de representar los valores latinx mientras navega por el crisol de un lugar como Nueva York podría ser un curso emocionante a seguir. Uno espera verla incluir una gama más amplia de temas.