Las particulares colecciones del fotógrafo Brock Elback tienen la intención de conscienciar a la gente sobre las apariencias y su aceptación reaccionaría. Brock Elback y la belleza de ser particular
Para ello, Elback fotografió a gente como el actor Josh Hurt, el tatuador Miles Better o a la mujer barbuda Harnaan Kaur, quien se ha dejado crecer la barba desde los 16 años después de que le diagnosticaran el síndrome del ovario poliquístico, una condición que causa el crecimiento excesivo de vello. Pero en la colección de 80 retratos (denominada «Beards») sirve para demostrar que una buena barba es parte esencial a día de hoy del atractivo masculino.
Los pecosos y la belleza de ser peculiar
También ha decidido rendir un sentido homenaje a uno de los colectivos más «acomplejados» de la historia: los pecosos. Y cuando hablamos de «pecosos», no nos referimos a contar con un par de pecas en las mejillas, los hombros o la nariz algo tan sensual como inocente, sino a tener gran parte de la anatomía cubierta por estas delicadas manchitas.
Este proyecto de Brock se compone de una serie de instantáneas protagonizadas por modelos ocasionales que atesoran miles de pecas. Lo más increíble (y maravilloso) del asunto es que se han convertido en virales. Quién les habría dicho a ellos, esos niñitos pecosos que se sentaban en la última fila de la clase, que años después iban a convertirse en supermodelos.
Brock Elback y la belleza de ser particular. Lo diferente es bueno
«A la sociedad no le gusta lo diferente. Pero los individuos con una apariencia única es lo que me hace querer tomar fotografías». Brock ha relatado que convocó un casting que consistía en enviarle por email una foto del rostro del modelo en cuestión sin maquillaje, gafas o gorros; y que casi todos los seleccionados le confesaron, a posteriori, que de pequños odiaban sus pecas. «Se trataba de documentar la belleza de ser particular», afirma Elbank (@mrelbank). «Muchos de ellos (sus modelos) han sido objeto de bullying o de abusos verbales. Ojalá todos se sientan ahora más en paz con su aspecto».
ENG: In 2015, the photographer Brock Elbank embarked on a series of portraits to celebrate the beauty of freckles. The result is an intimate series of freckled faces, each with a story to tell.
Freckled skin or, to give it its proper name, ephelides, runs in families and is most common in white people with fair skin and red hair, but it occurs in people of all ethnicities. Although freckles intensify with exposure to the sun, they are now generally thought not to be a sign of sun damage.
They generally appear when a child is about seven, and from then on will fade and intensify according to the time of year. There are many who appreciate the beauty of freckled skin, but it may at last be having a more mainstream ‘fashion moment’ as red-haired models become more common in the media and those with more unusual appearances gain currency.
I’ve always loved freckles
Elbank has always been drawn to unique characters, and for him beauty is ‘finding something so incredible that it’s unique’. ‘I’ve always loved freckles,’ he says. He was inspired to start the series after photographing his son’s freckly friend in 2012.
‘What I find interesting about the individual characters that I have been fortunate enough to photograph is that many have struggled with their freckles since their infancy and either hated them, or grown to live with them or even like them in adulthood.’ He says that many of his subjects come to the studio feeling awkward or vulnerable, but leave feeling liberated after seeing their portraits.