La muerte de Florian Schneider inspira una reflexión sobre la banda más importante en la historia de la música electrónica
Recordando a los Kraftwerk. En la primera semana de este mes murió Florian Schneider, fundador de la banda y uno de los grandes figuras de la música contemporánea, una figura imponente que deja una gran sombra.
Schneider empezó su carrera musical en Dusseldorf, en diferentes bandas, dentro de la escena del «krautrock». En 1970 creo, junto con Ralf Hutter, Kraftwerk. Más tarde la banda tendría otros dos miembros. Schneider abandonó la banda en 2008 y aunque ha seguido haciendo tour, no han producido nada desde 2003.
La evolución de Schneider es simbólica de lo que le sucedió a la banda y en general a la música electrónica: primero tocaba la flauta, el violín y la guitarra. Luego se compró un micrófono, una bocinas, un sintetizador. Y tiró la flauta. Lo que se podía hacer con estos aparatos reflejaba de mejor manera la sensación energética y futurista que la modernidad estaba construyendo.
A mitades de los 70 Kraftwerk compuso el álbum que los lanzaría a la fama y que de alguna manera sigue captando la esencia de su proyecto «Autobhan».
Simplemente música para la carretera, pistas para viajar, experimentos auditivos pero siempre con una elegante -si bien robótica- voz y una base melódica que de alguna manera creaban un nuevo blues, la melancolía lúdica del ser humano en un mundo tecnológico.
Y una sensación de ambivalencia: Kraftwerk a la vez abrazaba este entorno tecnológico, lo transfiguraba en belleza y en un nuevo estilo híbrido, andrógino, retro futurista; pero a la vez parecía decirnos que había algo sumamente extraño y decadente en todo esto, quizá hasta el punto de extrañarnos a nosotros mismos.
Kraftwerk se convirtió en la banda simbólica de Europa, el avant-garde, el cosmopolitismo y la unidad y la transacción cultural que atraviesa las fronteras. Avanzaban en un hipnótico tren electrónico por el Trans-Europe Express (1977) y colonizaban las ciudades con luces de estrobo.
Un artículo en The Economist sugiere que la banda fue esencial en construir la identidad de la Unión Europa y merece considerarse con la fuente de los himnos que musicalizan la historia reciente.
Recordando a los Kraftwerk . Si seguimos con el juego de las hipérboles, también podemos decir que Kraftwerk creó el electropop.
Fue la primera gran banda de música electrónica, instrumental en dar el paso de la música electrónica culta a la música electrónica popular.
Cuando uno piensa en las grandes bandas (o artistas) de la historia de la música electrónica es difícil pensar en alguien antes que en Kraftwerk. Es posible que haya mayores genios -como Aphex Twin quizá- o bandas que han tenido mayor penetración -como Daft Punk- pero en el origen está Kraftwerk.
Su música constituye el soundtrack de una época, tanto paisajes como emociones; momentos de identidad colectiva, experimentos sonoros y canciones de amor, a la vez tiernas, robóticas y apocalípticas, máquinas melódicas que celebraban el progreso y a la vez sentían la alienación, la condición humana en zozobra, convirtiéndose en robot mientras miraba el vasto cosmos en la autobahn. Quizá ahora Florian toca el sintetizador en el cielo.
Recordando a los Kraftwerk, Por Leonardo Lee
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