INFOMAG MAGAZINE

Dean Koontz nos ofrece un vistazo muy humano y cercano en ese instinto del miedo

El híbrido entre los géneros de misterio y de terror es ya un fondo fijo en todas las librerías gracias a autores como Stephen King o el propio Dean Koontz, sin duda dos grandes autores que comparten orígenes al noreste de Estados Unidos. Pese a lo que pudiera parecer, en muchos casos este tipo de escritores nos ofrecen un vistazo muy humano, cercano en ese instinto del miedo que por un lado nos aboca a la observación morbosa, que nos espanta pero también nos magnetiza.

Y ya si el autor es capaz de insertar a personajes de fácil mimetización, las novelas acaban aportando un poso final a psicoanálisis de esa pulsión contradictoria del horror. Miedo con aroma a muerte, una parca que en última instancia nos espera a todos y que tras su oscuro telón se ocultan los mas grandes secretos de nuestra existencia.

Tan solo es cuestión de voluntad el encontrar estos aspectos casi místicos en una literatura de consumo popular en la que todo queda en manos de los personajes.

Unos protagonistas de historias oscuras que, cargados del don narrativo de la versomilitud, nos guián por laberínticos caminos en los que cada nuevo giro puede presentarnos el encuentro más ominoso con el minotauro de siempre. Porque el miedo es eso, angustia y confusión. El miedo es un laberinto de Creta en el que solo nos adentramos ocasionalmente para satisfacer la voracidad del monstruo.

Koontz ha abordado con profusión el miedo como argumento central. Pero ya se sabe que este género también acaba enlazándose con el misterio ya indicado, con la intriga y el thriller o hasta con la ciencia ficción en la que cualquier pretensión argumental encuentra más fácil acomodo.

Y así Koontz se ha ido ganando a pulso un lugar destacado entre los bestsellers estadounidensesen muy distintos paises hasta los que ha llegado su obra. La cuestión en un tipo tan imprevisible es descubrir qué tipo de historia presenta a cada nueva ocasion. Aunque con su oficio, la tensión narrativa y sus personajes siempre absolutamente auténticos, el hechizo literario siempre está servido.

3 novelas recomendadas de Dean Koontz

El marido: Empecemos disfrutando de esa faceta imprevisible de Koontz. Descubramos una historia con tintes de thriller psicológico. El inicio de la historia, si la afrontamos con cierto aspecto analítico despierta ciertas dudas inquietantes.

¿Para qué raptar a la mujer de un jardinero con exiguos recursos ecónomicos? ¿Se nos escapa algo? ¿Qué está ocultando el autor? ¿Se mueven con esa improvisación que anticipa el rapto de una mujer cualquiera? Porque claro, los 2 millones del rescate suenan abismales, completamente imposibles para un ciudadano cualquiera. Y ahí es donde nos toca descubrir a Mitch.

Enamorado hasta las trancas de su esposa, marido fiel y de repente despojado de ese sostén básico de su existencia. Solo tiene una voz con el fatídico mensaje del rapto y pocos días para ejecutar el siniestro trueque requerido.

Conforme Mitch empieza a desenvolverse en la trama vamos quedando atrapados en su modus operandi, algo se nos escapa y ese fundamente etéreo que se desliza en la trama es un firme gancho que nos mantiene en febril lectura.

Poco a poco vamos siendo tirados por el cebo, los detalles y las pistas van apareciendo para Mitch pero también para nosotros como lectores, hasta ese climax que marca el final del orgasmo lector cuando un impecable giro se nos presenta como efecto del gran prestidigitador.

Mi nombre es Raro Thomas: Un libro que inicia una saga que llega a cuentagotas a España. Una historia extraña en el típico escenario que salta desde lo anodino a lo místico, en esa soledad de los espacios abiertos que invita a grandes fantasías en un autor tan capaz para transformarlo todo como es Koontz.

Raro Thomas es un cocinero de un restaurante en pleno desierto californiano al que pronto descubrimos en su faceta más paranormal. Una niña violada y asesinada contacta con él para dar con quién le procuró tanto mal.

Pero la verdadera trama más intensa llega con el extraño que arriba al lugar y en el que Thomas pronto adivina su aversiva carga de maldad. Junto con su pareja Stormy Llewellyn, trazarán el siniestro destino que augura la llegada del extraño. Y así descubrirán cómo no les queda otra que enfrentarse a ese mal que acecha de manera inminente.

El papel de Elvis Presley y de otros fantasmas que les ofrecen su ayuda trastocan la visión de la obra hacia una fantasía oscura magnética y apasionante.

Los ojos de la oscuridad: Tina sobrevive a su melancolía en parte gracias a su dedicación a un show bussines en el que debe seguir aparentando la misma energía e ilusión que siempre.

Pero los fantasmas de Tina son persistentes en su crudeza. Su hijo Danny de 12 años muerto y la ruptura matrimonial marca un antes y un después en el reciente periodo del último año.

Cuando un thriller se compatibiliza con una parte emotiva tan marcada, a mí me tiene ganado. Y si bien esta novela se conduce de manera más liviana en cuanto a trama o giros, el peso de su trascendencia humana puede con todo.

En su oscura existencia más allá de los focos, un buen o mal día Tina descubre un mensaje en la habitación de su hijo. Desde ese momento nos adentramos en ese escenario de lo paranormal que tanto le gusta al autor, pero en esta ocasión todo queda empapado por esa sensación de superación épica frente a la muerte, de una posible recuperación de la comunicación con esa persona a la que olvidaste decir por última vez “te quiero”.

Solo que el hijo de Tina no escribe el mensaje porque sí. Los motivos para reclamar la atención de su madre hacen despegar una historia inquietante de profundo suspense que obvia cualquier intención de terror para aportar una revisión de las emociones desde lo fantástico.

Acompañada porsu amigo Elliot Stryker, Tina tratará de entender, asumir e interpretar los mensajes de su hijo. ¿Qué no se haría por un hijo incluso si este ya ha fallecido?

Texto:  juanherranz

Salir de la versión móvil