Sus estilismos y su particular forma de entender la vida y denunciar el acoso al diferente congregan 300.000 seguidores en la red social. Las instantáneas de sus pies generan sorpresa, rechazo y admiración a partes iguales.
A Steven Raj (25 años) y Hannah Rose (23) les cambió la vida cuando se conocieron. Ambos habían estado escondiendo su verdadera personalidad hasta aquel momento, marcados por una infancia gobernada por la opresión. Steven comía compulsivamente para calmar el estrés que le provocaba pensar que podía ser gay. Hannah se ocultaba bajo un uniforme escolar y se negaba a utilizar maquillaje revelándose contra los dictados patriarcales y lo que se esperaba de una joven de su edad. Su pasión compartida por la moda les llevó a coincidir en la misma escuela de diseño en Montreal, donde dejaron de intentar integrarse en una sociedad en la que nunca llegaron a encajar para transformar su estética y usarla como método de expresión. Se raparon el pelo, se depilaron las cejas y empezaron a utilizar maquillaje con una finalidad muy distinta: desafiar los cánones de belleza clásicos, el género binario y los convencionalismos sociales.
Así fue como surgió su proyecto. Conocidos como Fecal Matter o Matieres Fecales (utilizan indistintamente el inglés y el francés, pero en español podríamos traducirlo por «materia fecal»), este dúo de diseñadores, músicos y activistas pelean por transmitir su particular universo creativo sin censuras al tiempo que sorprenden e incomodan con sus looks en Instagram. 300.000 followers siguen fervientemente sus inquietantes publicaciones que, según dicen, no obedecen a estudiados looks para generar likes, si no que reflejan su apariencia diaria y su forma de entender la vida. “Esto no es un disfraz, este soy yo”, reza una de sus publicaciones. A través de su estética se identifican como seres posthumanos y denuncian que la diversidad en la moda debería ir más allá de las tallas grandes. Su propósito es recordar a todos los que sufren bullying o han sido rechazados por «raros», que no hay nada de malo en ser diferentes.
Su estética, que genera tantos aplausos como críticas (en París los llegaron a escupir por la calle identificándolos «con el diablo», según confesaron a la edición estadounidense de Vogue), está marcada por sus cabezas rapadas, inquietantes maquillajes y zapatos con tacones y plataformas imposibles. Pero lo más llamativo de todo son sus pies. Siguiendo la forma de los famosos zapatos Armadillo de McQueen, surge del talón un tacón infinito forrado de piel, que según han explicado, se trata de una prótesis de quita y pon que les gustaría convertir en un modelo de zapatos y venderlo en su tienda online. Allí sus seguidores pueden hacerse con muchas de las prendas y accesorios que lucen en sus fotos acercándose, un poco más, a su look posthumano.
«Recibimos mucho odio, online y en la calle. La gente no entiende lo que hacemos, se empeñan en que somos un dúo artístico de blancos privilegiados, cuando en realidad, yo soy mitad srilanqués y mitad guyanés. Aún hoy, sufro mucha violencia debido a mi color de piel y mi identidad de género. Nuestra forma de lidiar con el odio que existe hacia nosotros es convirtiendo el dolor en creación. Cuando nos sentimos heridos, nos escapamos a nuestro mundo y combatimos el odio con un nuevo look o un nuevo concepto fotográfico», declaró Raj a la edición mexicana de I-D. Pero también sirven de ejemplo a muchos de sus seguidores, que aplauden su valentía y les consideran fuente de inspiración.
«Una mente hermosa es más importante para nosotros que un cuerpo bonito», aseguran. Fecal Matter les ha ayudado a aceptarse a sí mismos: Steven ha dejado de comer compulsivamente y, aunque aún tiene problemas con la alimentación, ha perdido el miedo a aceptar su verdadera sexualidad y a definirse como género no binario. Hannah se ha desprendido para siempre de su uniforme escolar, sustituido después por conjuntos preppy de Burberry, para llevar estrafalarios looks y complicados maquillajes que paradójicamente no ocultan quién es.
Más allá de los sentimientos y opiniones encontradas que despiertan sus looks (para algunos aterradores, para otros maravillosos), el virtuosismo técnico de sus maquillajes y el trabajo detrás de la cuenta es innegable. Ellos mismos idean y producen cada publicación desmarcándose del perfil de egoblogueros e influencers tan frecuente en Instagram. Como ellos, otros perfiles como Salvia o Hungry también desafían los cánones de belleza tirando de una apariencia que bebe de la ciencia ficción, el manga y el género de terror.
Theresa Yee, la editora de belleza de la famosa agencia de tendencias WGSN, explicó a The New York Times que esta estética «de otro mundo» se debe a un aumento en el interés de la belleza espiritual y mística. También la situación geopolítica global puede servir de explicación: la gente quiere escapar de la realidad evadiéndose a través de lejanas fantasías, apariencias futuristas y un concepto de belleza que se aleja de esqueléticas modelos caucásicas. Y de eso, este dúo posthumano sabe un rato.
Texto Clara Ferrero