Para Erich Fromm, la quinta esencia de la maldad humana se contenía en el narcisista maligno. Son personas con aires de grandeza, faltas de empatía, obsesionadas en tener la lealtad de quienes le rodean y que disfrutan haciendo daño a los demás.
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El narcisismo maligno fue definido por Erich Fromm en 1964. Lo describió como una condición en la que una persona se caracteriza por un comportamiento grandilocuente, antisocial y hostil. Su principal rasgo es deshumanizar todo escenario en el que se encuentre, ya sea familiar o laboral. La falta de empatía y su maquiavelismo podrían crear sin duda grandes estragos.
En la actualidad, cuando hablamos de la personalidad narcisista, es común que a la mayoría casi siempre nos vengan a la mente unas mismas imágenes. La del clásico personaje superficial haciéndose selfies o, quizá, la de esa amiga que siempre se prioriza a sí misma dejando a un lado a los demás. Sin embargo, estos comportamientos van mucho más allá. A menudo, estamos ante un trastorno en el que pueden aparecer diferentes subtipos.
Erich Fromm nos habló del que, a su parecer, era la ‘quinta esencia del mal’.Como testigo de los sucesos de la Segunda Guerra Mundial, este psicoanalista, psicólogo social y filósofo humanista de origen judío alemán, quiso asentar las bases de lo que, según sus propias creencias, podía alzarse como la patología más grave de todas. Esa donde uno es capaz de cometer actos violentos.
Cabe señalar que, a día de hoy, desde el campo de la neurociencia y la psicología, nos ofrecen definiciones mucho más variadas a la hora de entender o explicar la maldad. Sin embargo, Fromm fue pionero en su intento por dejarnos claro que el narcisismo es el germen de muchos comportamientos lesivos para la humanidad. Desde un punto de vista clínico, resulta sin duda muy interesante conocer esta teoría.
«El ser humano es el único animal cuya existencia es un problema que tiene que resolver».
-Erich Fromm-
Características del narcisismo maligno
Hay un primer aspecto que debemos considerar. Tal y como nos explican en un estudio llevado a cabo en la Universidad de Michigan, Estados Unidos, por el doctor Goldner-Vukov, el narcisismo maligno es una condición grave. Sin embargo, la literatura e investigación psiquiátrica lo ha olvidado durante décadas desde que Erich Fromm lo definiera.
Según este trabajo del 2010, se trata de un trastorno de personalidad con consecuencias devastadoras tanto a nivel del núcleo familiar como para la propia sociedad. Ahora bien, en los últimos años estamos escuchando cada vez más este término al ver cómo en el escenario político aparecen comportamientos que, según los expertos, podría atribuirse al narcisismo maligno.
Un ejemplo, John Gartner, un psicoterapeuta del hospital Johns Hopkins en Baltimore, y conocido por escribir biografías sobre conocidos políticos, señaló algo llamativo. A su parecer, Donald Trump presentaría este trastorno. Aún más, algo que no duda además en puntualizar, es que esta condición no tiene tratamiento alguno. Es irreversible.
Veamos por tanto qué características presenta esta condición.
Narcisismo extremo y comportamiento antisocial
El trastorno de personalidad narcisista está dentro de los trastornos de personalidad del grupo B en el DSM-5 (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales). Ahora bien, algo que desde el campo de la psicología y la psiquiatría sabemos bien es que ningún perfil de personalidad o trastorno encaja a la perfección en una categoría.
Generalmente, aparecen rasgos de otras condiciones. De ahí que el narcisismo maligno sea una combinación entre el narcisismo más acusado y ese comportamiento antisocial tan común en la psicopatía. Los rasgos más comunes son los siguientes:
- Estas personas muestran una marcada grandiosidad.
- Falta de empatía.
- Falta de remordimientos.
- Impulsividad.
- Desprecio por los derechos de los demás.
- Tendencia al engaño y comportamiento destructivo.
El narcisismo maligno no necesita refuerzos o atención externa
Una característica habitual del narcisismo es la necesidad de ser siempre el centro de atención. Su baja autoestima demanda refuerzos externos, validación y ser siempre esa presencia a la que admirar. Sin embargo, en el narcisismo maligno no sucede lo mismo. Este tipo de personalidad tiene plenamente asumida su superioridad y grandiosidad. En ellos no hay dudas y lo único que buscan es posicionarse de manera rotunda ahí donde estén.
Erich Fromm los describía del siguiente modo: «se sienten poderosos por esas cualidades que, según ellos, les fueron dadas al nacer. Yo soy grande y superior a ti, no necesito por tanto demostrar nada. No necesito tampoco relacionarme con nadie ni hacer ningún esfuerzo. Manteniendo la imagen de mi grandeza, me alejo cada vez más de la realidad».
Pensamiento paranoico y sadismo
El psiquiatra Otto Kernberg, psicoanalista estadounidense de origen austríaco, también estudió el narcisismo maligno. Según él, este perfil se define por las siguientes características:
- Pensamiento paranoico. A menudo tienden a pensar que hay personas que van en su contra. Su pensamiento dicotómico organiza el mundo entre aquellos que le apoyan y los que no. De ahí que desconfíe de todo aquel que sea diferente, que le lleve la contraria, que no se ajuste a su rígida visión de la realidad.
- Sadismo. Este perfil no duda en hacer uso de la crueldad, el desprecio, la crítica mordaz, la manipulación y humillación. Ahora bien, lo más llamativo de ello no es solo su conducta, sino el hecho de que a menudo disfrutan llevando a cabo estos actos.
Los narcisistas malignos solo necesitan las circunstancias adecuadas para convertirse en tiranos
Sabiendo esto la pregunta que a muchos nos puede venir a la mente es: ¿son realmente peligrosos los narcisistas malignos? La respuesta es clara y contundente: sí. Tener a un padre de familia, a una pareja, a un directivo o incluso a una compañera de trabajo con este perfil crea serios estragos.
Un ejemplo, hace unos días un grupo de psicólogos y psiquiatras estadounidenses volvieron a poner en duda la estabilidad mental del presidente de Estados Unidos. El término narcisismo maligno se puso una vez más sobre la mesa, para reflexionar sobre el peligro que esto podría suponer. Ahora bien, para muchos, de momento, Trump no es más que el acosador cibernético más prolífico de la historia. Sus tweets así lo evidencian.
Sin embargo, los expertos señalan que el narcisismo maligno solo necesita unas determinadas circunstancias para que emerja el auténtico tirano interno. Algo que, sin duda, podemos ver en Corea del Norte con Kim Jong-Un. Por lo tanto, tengamos presente esta condición psicológica y centremos en ella la misma importancia que Erich Fromm le dio en su día.
Este artículo fue redactado y avalado por la psicóloga Valeria Sabater para (lamenteesmaravillosa.com)
Imagen inicial by Ugo Rondinone Art