R&B intoxicado y ambiental desde la América profunda, estéticas de internet y tristeza perpetua.
Pasar los inviernos en Minnesota debe de ser jodido, ya que, como bien decía el siempre memorable Jorge Ilegal, “el norte está lleno de frío y siempre llueve en domingo”. Las mínimas de -20º llevan al encierro monacal y a la tristeza más profunda, convirtiéndose en un marco perfecto para sonidos que tiran a lo etéreo, lo gélido y demás lugares comunes del periodismo musical. Spooky Black se presentó en sociedad con el muy perturbador videoclip en el que enfundado en doo rags, cuellos de cisne blanco o entrañables prendas Fubu se paseaba por unos paisajes dignos de videoclip de Burzum. El jovencísimo americano conjugaba con acierto y brillantez melódica al mejor James Blake y a Yung Lean, en un ejercicio de R&B bastardo hijo de la acumulación de referencias vía Youtube y Soundcloud. Al ver este maravilloso ‘Without You’, de su debut Black Silk publicado a principios de este mismo año, entra la inquietante sensación de que podríamos estar ante la expresión musical de una especie de Natasha Kampusch a la yanqui, encerrado en un sótano en 2004 y alimentado a base de vídeos de R. Kelly y jarabe de codeína.
Gracias a la generación que de todo hizo un revival cualquiera conoce hoy día a Badalamenti. Y todo hijo de vecino puede enterarse de qué andan haciendo Clams Casino o el inabarcable Lil’ B. Son referencias que flotan en la obra de Spooky Black, que explora el plañido adolescente con plenas aptitudes vocales y explosión sentimental post-emo. Busca el origen de todos sus males en los traumas de infancia, echando balones fuera (“My parents didn’t last, and they just backed out / And how that effects how i act now” canta en ‘Reason’) mientras puesto de codeisán hasta las cejas llora a los amores perdidos y a los que se están perdiendo, como buen hijo del R&B que es. Y lo hace con una productividad apabullante, ya que apenas seis meses después de debutar con Black Silk ya estaba de vuelta con ocho cortes nuevos bajo el título de Leaving EP. Tiene la rara cualidad de conseguir conmover desde un universo totalmente personal, una voz muy llamativa y expresividad facial a lo Buster Keaton. Tiene 21 años y ya un buen puñado de canciones que oscilan entre lo interesante y lo memorable, además de un grupo en gestación llamado thestand4rd junto a Bobby Raps, Psymun y Allan Kingdom, cuyo debut llegará antes de que termine este mismo año. Cómo no lo vamos a querer.