El artista contemporáneo Irving Penn fue pionero en el Still Life aportando un enfoque vanguardista al arte fotográfico
Irving Penn (1917-2009) consideraba que una buena foto es la que comunica un hecho, la que toca el corazón y la que convierte en otra persona a quien observa la obra. Él entendía que su trabajo no era sobre la belleza o los atributos de la fotografía en cuestión, sino una forma de arte. Para homenajear el centenario del nacimiento del fotógrafo estadounidense, el Metropolitan museum of art inaugura una extensa exposición que recorre sus cerca de 70 años de trayectoria profesional.
Irving Penn se desenvolvió entre varias vertientes en el arte fotográfico ya que consideraba que retratar un pastel podía ser arte. Fotografiando moda desde un punto de vista vanguardista o a través de los bodegones, Penn aplicaba pasión y combinaba la elegancia con lo grotesco de la naturaleza, todo ello con una belleza única plasmada en sus negativos.
Haciendo un recorrido por sus obras más conocidas destacan sus imágenes editoriales de las colecciones de alta costura en París, siendo icono Girl behind a bottle, por su estética visual y por romper esquemas. Sin embargo, los bodegones o naturalezas muertas, fueron también un punto de reconocimiento en su carrera, siendo el primer fotógrafo en publicar este tipo de fotografías en la portada de VOGUE en 1943 combinando accesorios femeninos con una ilustración de limones.