La «nada» puede ser fría, vacía. Pero me refiero a un «para nada» lleno, un «para nada» que implica felicidad por otro sin esperar nada a cambio. Un «para nada» basado en el crecimiento, basado en ser feliz viendo progresar a los otros. ¡Ser feliz viendo felices a los demás!.
Individuos tan fuertes que no necesiten absorber energía de otros para reafirmar su fuerza. Es complicado porque implica un ejercicio de visión de 360 grados, mucho autoconocimiento y determinación. Por eso, en la mayoría de casos no es así. La búsqueda de la felicidad en muchos casos se vuelve tóxica porque esperamos de los otros.
Esperar. La trágica espera.
La espera tiene lugar cuando uno no es capaz de conseguirlo por su cuenta y decide apretar la tuerca del otro. Esa es la realidad del mundo. Cargamos a otros para aligerarnos, para no tener que complicarnos la vida, para no pensar.
¡Despertemos!. Es momento de pensar, de utilizar el don que nos han dado. La cabeza y su capacidad de razonamiento y abstracción, la cabeza y su capacidad de ver más allá. Dejar de ser el “nada” vacío y convertirlo en uno con peso, completo. Me siento afortunad@ de haber conocido a gente así. Lo dedico a un gran amigo “@`@¨ \ que a pesar de tener sus problemas no ha perdido su capacidad de dar porque le veo cada mañana haciendo feliz a mucha gente haciéndoles un detalle. Y observo que a la gente le cuesta recibir, ¡porque lo ve tan pocas veces!, y se lo agradece…pero siempre le oigo decir: “…no quiero oír la palabra Gracias. Esto lo hago de corazón porque quiero”. Y en alguna ocasión “@`@¨ \ ha tenido que pedir, pero siempre lo que ha pedido, lo ha devuelto y con creces. Siempre cumpliendo su palabra. Profunda admiración. Y es que tampoco tenemos que tener miedo ni vergüenza de pedir si lo necesitamos. Estamos para ayudarnos. Y en caso de no poder dar, tampoco tener miedo de decir: «lo siento, hoy no puedo». Y tampoco esperar que se nos devuelva.
Mensaje a la Humanidad:
Estoy aquí “para nada”, para verte crecer y superarte y no voy a cargar mis miedos y debilidades en ti.
Tony Malony
Para la Subdecadencia lo mejor es no esperar nada de nadie y dar. Ahí está la clave de la paz, de la integridad, de la autenticidad de uno mismo y de que haya más ternura en el mundo. La vida es un aprendizaje y es un viaje emocionante porque no sabes qué es lo que te tiene preparado ni en el próximo segundo. Agradecid@ de vivir.
Texto & imagen: www.tonymalony.com