Magia es vivir según tu naturaleza.
Vivir según tu naturaleza es vivir según tus principios.
Los principios son la parte principal del ser y son inmutables a través del tiempo. Cambiar los principios, para muchos, es como cambiar de moral, como ser incoherente en la vida. Cuando se está hablando de estos principios, se entiende como tales, entre otras cosas, la dignidad de la persona, el respeto a la palabra dada, la integridad, la honestidad, la lealtad, el respeto la vida, procurar hacer el bien, etc.
Pero es complejo alinear el interés personal con el interés comunitario. De ahí surgen los problemas y ahí se tergiversan los principios naturales del ser. En esta dificultad de alineación de intereses entra en juego la manipulación que busca como fin un interés personal ajeno al individual y al comunitario.
Magia es tener el poder de controlar tu vida. Pero, ¿se puede en estos tiempos, o es una utopía?
No se puede si pretendemos buscar la perfección. En este mundo nada es perfecto. Hasta la Madre Naturaleza es de costumbres tiránicas y no tiene sentimientos. El filósofo Ralph Waldo Emerson dijo que a la naturaleza “no le importa ahogar a un hombre o a una mujer” y engulle toda una nave “como si fuera una mota de polvo”.
Tenemos que tener en cuenta que nuestras vidas son en esencia la realización de nuestra voluntad dentro del espíritu y las limitaciones de la época en la que vivimos. Para Emerson “El acertijo de la vida tiene una solución particular para cada uno de nosotros”. Incluso el de la mujer es aún más particular. Para Simone de Beauvoir, el carácter de la mujer está moldeado por su situación ya que no son socialmente independientes porque forman parte de grupos gobernados y definidos por hombres.
Por eso Emerson encontraba importante que dentro de nuestro tiempo no definido fuéramos responsables personalmente, aprendiéramos a ser uno mismo en lugar de conformarnos socialmente. Es decir, que ejerciéramos nuestra libre voluntad pero no en contra del mundo sino haciéndola trabajar al unísono con el universo. Magia.
Y no crearnos rencores por lo que vivimos, o por la sociedad en la que estamos envueltos.
Magia es perdonar, pero no mal interpretemos el perdón. Perdonar aceptando la individualidad del otro y de uno mismo, porque si el perdón implica sacrificio ya no es mágico y eso es lo que nos han hecho creer muchos intermediarios religiosos, alejándonos de la esencia divina del perdón. Sí, el perdón no es un sacrificio, ni un castigo, ni una sumisión. El perdón forma parte del amor, un amor de crecimiento, de ascensión, de entendimiento, de liberación.
La subdecadencia cree que la magia no es un don de unos pocos, ni un poder paranormal.
La magia está en cada uno de nosotros y cada uno tiene el poder de despertar y ejercer la fuerza divina. Pero no es un objetivo fácil. Tenemos muchas batallas que ganar. Por eso nos topamos con tantas pruebas o aparentes injusticias. Y si no se aprenden en esta vida se aprenden en las siguientes. Siempre hay luz en la oscuridad. Sólo son pasos de aprendizaje personal y comunitario. Tarde o temprano podemos llegar a vivir una vida mágica, una vida de paz de alma.
Tony Malony · www.tonymalony.com