Este hotel urbano no lleva ni un año abierto y sin embargo ya ha dado mucho de qué hablar entre el público viajero más urbanita.
Exposición del artista gallego Carlos Penas en Hotel Brick. Emplazado en una antigua fábrica de alfarería del siglo XIX en el corazón de Palma, abre sus puertas a la provocación y el lirismo descarnado con la inauguración de la exposición del artista coruñés Carlos Penas.
En un espacio donde la rugosidad de lo industrial dialoga con la huella del pasado, la obra de Penas encuentra su mejor habitáculo: un escenario de texturas y resonancias históricas que enfatizan la brutalidad estética de su propuesta.
El desnudo femenino, exaltado hasta los límites de la obsesiva veneración, se convierte en la piedra angular de su discurso pictórico. La carne se despliega en su expresividad más áspera, libre de complacencias y artificios.

Hay en su trazo una voluntad de despojo que evoca la radicalidad de Egon Schiele, la torpeza deliberada de Francis Bacon y la crudeza de Lucian Freud. Pero su estética no se detiene en la referencia; Penas subvierte la belleza clásica para sumergirse en una interpretación visceral, en una anatomía que se retuerce entre lo erótico y lo inquietante.
No es casualidad que la sexualidad en su obra posea una carga amenazadora. Su ironismo genital, ese guiño a lo burlesco pero también a lo ominoso, rompe con la suavidad tradicional del desnudo en el arte.
Sus figuras femeninas son testigos y perpetradoras de una narrativa de confrontación: en ellas subyace la potencia de la mirada que incomoda, del gesto que desafía. Es en esta tensión donde se anida la esencia de su poética visual, una que desvela el deseo como un campo de batalla entre el placer y la alienación.
El testimonio del propio artista ilumina el origen de su compulsiva fascinación. «En mi madre encontré el primer reproche femenino por mis primeros dibujos; fui incomprendido por mis cercanos porque no entendían mi delirante expresividad poética», confiesa.
La figura materna emerge entonces como un eco reprimido, un espectro que modela la pulsionalidad de su imaginario. Lo femenino en su obra no es solo objeto de representación, sino también de disputa, de transgresión simbólica. En ese acto de disección pictórica, Penas parece interpelar al espectador, obligándolo a cuestionar los límites de su propia mirada.
Exposición del artista gallego Carlos Penas en Hotel Brick. La ironía de la carne y el eco del deseo
Ubicada en un entorno donde lo antiguo y lo contemporáneo se funden en una estética industrial y evocadora, la exposición se convierte en una extensión del propio gesto artístico de Penas. Como el espacio del Hotel Brick, sus obras también son el resultado de una reconstrucción: fragmentos de cuerpos, retazos de piel, miradas añejas atrapadas en lienzos recientes.
La materialidad de su pintura, con sus brochazos vehementes y sus texturas hirientes, resuena en la arquitectura del lugar, estableciendo una sintonía entre la memoria de los materiales y la brutalidad del trazo.
En un momento histórico donde el arte parece debatirse entre lo pulcro y lo estridente, entre lo conceptual y lo comercial, Penas nos recuerda el poder de la transgresión.
Su obra no pretende ser cómoda ni complaciente, sino desarmar, provocar, arañar la retina. La carne, sujeta a la devoración simbólica de la mirada, se exhibe con la osadía de lo irremediablemente humano. Con esta muestra, el Hotel Brick no solo inaugura una exposición, sino que acoge una declaración artística.
En este diálogo entre la historia y la provocación, entre lo arcaico y lo contemporáneo, Penas nos obliga a enfrentarnos con lo que el arte, en su esencia más pura, debe generar: incomodidad, deseo y pensamiento.
- ¿Cuándo? El domingo 5 de marzo del 2017 a las 11.30 horas
- ¿Dónde? Hotel Brick
Exposición del artista gallego Carlos Penas en Hotel Brick. Por Leonardo Lee.