“LES PERSONES CANVIEN, LES HISTÒRIES ES REPETEIXEN”
Pintura introspectiva y simbólica que nos transporta a un mundo donde la natura se convierte en magia y permite la evasión de quien contempla la obra. Una obra orgánica y viva que exige la mirada del espectador para estar completa.
¿Es el amor diferente ayer, de hoy? ¿Cambian los sentimientos con las épocas? ¿Se amaba más antes que ahora? ¿Era más dolorosa una separación hace 100 años que en el siglo XXI? ¿Y una traición? ¿Se reían más los niños y las niñas que hace dos siglos?
¿Se subía la escalera también para arriba? ¿Subía o bajaba?
¿Se preocupaban y pensaban más los adultos ayer que actualmente? ¿Seguimos haciéndolo todo igual o diferente?
¿Son los rinocerontes más rinocerontes y las cebras más cebras?
¿Son realmente imágenes del ayer o son persones de hoy? ¿Influyen tanto las modas?
¿Es posible reconocer si una persona es de este siglo o del anterior? ¿Y si está desnuda? ¿Podríamos entonces determinar si vivió hace 150 años o es actual?
En un mundo tan cambiante como el que vivimos, rápido y siempre con prisas, pararse un momento y reflexionar, pensar y cuestionarse sobre cómo vivimos, sobre la calidad del momento, la intensidad de los sentimientos puede resultar una utopía para la gran mayoría y de eso se trata “Ayer, hoy y siempre”. Es una metáfora visual de un tiempo y un espacio que intentamos reconocer, al que le ponemos una etiqueta bucólica, que miramos con nostalgia y añoranza cuando realmente puede ser como nosotros mismos que estamos viviendo estas situaciones idílicas.
Cualquier tiempo pasado…es pasado. Cualquier tiempo venidero, es futuro. HOY es el presente y vale la pena reconocerlo como tal, es necesario ser conscientes y vivirlo.