Según Peter Adeney, conocido como Mr. Money Moustache, el gurú de la frugalidad, una de las grandes ilusiones de nuestra sociedad, que además es intensamente promovida por el sistema económico, es que existe una correlación en tener productos de lujo y la felicidad. Si bien cierta cantidad de dinero no es indispensable pero sí muy útil para alcanzar una posible libertad y goce básico de la existencia, una vez que se tiene suficiente para resolver lo necesario, más dinero no produce más felicidad. Las siguientes cosas sí lo hacen (según la revisión de Adeney de la literatura científica):
-Amistad
-Libertad
-Salud
-Trabajo significativo
-Privacidad
-Filosofía de vida
-Comunidad
Todas estas cosas están resueltas en una vida primitiva, rústica, sencilla, conectada con el mundo natural, real de la comunidad (y no sólo virtualmente) –así que todas las demás cosas, todas las cosas con las que llenamos nuestras vidas son realmente excedentes. Tienen en común que no son cosas consumibles o que podamos comprar. Absurdamente gastamos la mayor parte de nuestra energía y tiempo en conseguir aquello que realmente no necesitamos y que no contribuye significativamente a hacernos más felices. Sería quizás más inteligente simplemente contentarnos con lo que ya tenemos y dedicarnos a administrarlo.
«Vivimos en una trampa, los productos de lujo deberían tener una advertencia tipo EL DALÁI LAMA HA DETERMINADO QUE ESTE PRODUCTO NO AUMENTA LA FELICIDAD», bromea Adeney. Sin embargo, es una broma importante de recordar, especialmente cuando los expertos de finanzas, políticos y celebridades promueven la idea de que entre más lujosa sea nuestra vida más felices seremos.
Photo: Henri Cartier Bresson