“Todo el mundo se estará preguntando: ¿por qué? Playboy ha sido amiga de la desnudez, como la desnudez ha sido amiga de Playboy, durante décadas. La respuesta breve: los tiempos cambian”. El 13 de octubre de 2015 la histórica cabecera estadounidense, la del conejito, hacía público un cambio de rumbo sin precedentes, pues ponía fecha de caducidad a la publicación de desnudos en sus páginas, marca de la casa desde que saliera a la venta el primer número, en 1953. El equipo bajo el mando del magnate Hugh Hefner abanderaba en un comunicado su parte para fomentar la libertad, individual y sexual, en un país “dolorosamente conservador”. Todavía. “La desnudez desempeñó un papel en la conversación sobre nuestras libertades sexuales, y en 62 años el país ha dado grandes pasos política y culturalmente”. Así empezaba una nueva era para una de las cabeceras clave para moldear la idea de lo erótico en no pocas generaciones.
La publicación del comunicado pilló al artista valenciano Vinz en la inauguración de su exposición en la C.A.V.E. Gallery, en Los Ángeles, convirtiéndose en el centro de las conversaciones que allí se producían. Vinz es responsable desde 2011 del proyecto ‘Feel Free’, un paraguas a través del que ha invadido varias ciudades con unas criaturas mitad animal, mitad humano. Primero parte de la fotografía de modelos desnudos a las que, después, añade cabeza de animal generando un curioso bestiario que no solo se presenta en los muros callejeros sino que también ha invadido espacios como el Ayuntamiento de Valencia, la primera y única intervención hasta el momento de arte urbano en la casa consistorial. Con este universo revoloteando desde hace años, la decisión de la revista fue el impacto necesario para encender la chispa de su creatividad. “A veces es difícil poner una fecha de inicio de un proyecto, pero de repente hay un clic que te hace encontrar el ‘título’ […] Me preguntaba cómo una revista que había luchado por publicar estas fotos había decidido venderse, no es justo que cada vez los desnudos estén más censurados. Así que me apropié del personaje abandonado del conejo y puse en orden todas mis ideas”.
Esta fue la casilla de salida de Playnude, el proyecto con el que el autor quiere tomar el testigo de la Playboy de antaño, una publicación que se presentó oficialmente el pasado 10 de diciembre a las 19 horas en Club 69 (C/Doctor Beltrán Bigorra, 13) y a partir de las 20.30 horas en Club Ama-Gi (C/Doctor Sanchis Bergón, 16). Así, se trata de una revista con intención de ser anual o bianual con fotografías y dibujos originales, acerca de los juegos, la curiosidad y el erotismo en la que Vinz introduce un nuevo personaje dentro del universo ‘Feel Free’: el conejo. “Playboy nació en los años 50, pretender copiarlo sería tirar piedras sobre nuestro tejado. He recuperado su idea, pero con mis herramientas y reivindicando todo tipo de sexualidad. Se trata de juegos y desnudos, sin violencia. La idea es la aceptación y el respeto, uno de los pilares que falla en sociedad cuando habla de sexualidad”. Y es que, aunque Playboy sea el punto de partida, el contenido de Playnude son varios pasos adelante tanto en el enfoque como en el contenido.
Reivindicando los preliminares
Si la americana se centraba en un lector hombre heterosexual y ofrecía exclusivamente imágenes de voluptuosas modelos y celebrities, el trabajo de Vinz propone una representación más amplia de la sexualidad teniendo en cuenta siempre el enfoque artístico y un contexto actual en el que la pornografía en Internet ha puesto en peligro de extinción lo erótico por lo explícito. “No vale volver a lo mismo de siempre, no se puede pretender que el porno hetero normativo sea la base de una sexualidad. Es una publicación con voluntad artística, todo tiene una intención. Busco recuperar esa parte más divertida, el juego de desnudarse y tocarse que Internet se ha cargado. Solo se puede encontrar en películas eróticas de los años 70, ahora se va al grano […] En los movimientos gay, bisexual o transexual es muy difícil encontrar esa parte erótica porque la producción a gran escala ha sido más tardía”. Así pues, la publicación eleva lo preliminar a partir de imágenes en las que se mezclan géneros y opciones sexuales, cuerpos de todas las edades y colores, con un objetivo: “que todas las fotografías fueran realmente hermosas”, explica Vinz. “Soy artista urbano pero, sobre todo, soy artista”.
A través de fotos, ilustraciones y algunos textos, la revista recupera el formato de cómic por entregas de las revistas de los años 70, donde varias historias se sucedían. Anuncios de contactos, historias breves, imágenes sueltas y un artista invitado, en las que narran escenas cotidianas de personas jugando desnudas. El propio Vinz lista alguno de los ejemplos que le han servido para guiar esta nueva aventura, como El Víbora, una publicación que se convierte en la primera cien por cien –o “99%”- marca del artista, pues suyas son desde las imágenes a la edición, un control total que, por ejemplo, no tuvo en Vinz Feel Free, editado por Wooster Collective, o Market. Fotografía y contrapublicidad en el arte urbano. Editado en esta ocasión por él mismo, su intención es que cada número cuente con un artista invitado que participe en al menos dos páginas del volumen. El primero: el fotógrafo valenciano Txema Rodríguez.
“Quería recuperar ese formato porque, cuando quieres mostrar muchas ideas, tienes que hacer algo que dé cabida a todo sin que sea un cajón de sastre. Con este proyecto me desmarco de ‘Feel free’ porque no estará en la calle, sino que se concibe para un formato cerrado, para mayores de 18 años. Aquí he separado lo que antes era un collage con fotografía y pintura, aunque integrado en el mismo trabajo”, explica el valenciano, al tiempo que recuerda como un profesor de la Facultad de Bellas Artes le ‘invitó’ a no unir una cosa con la otra. Si el cambio de rumbo de Playboy supuso la chispa para encender el proyecto, fue a través de las redes sociales que se conformó el grupo de modelos que copan las páginas de la publicación. Éstos respondieron a una convocatoria abierta a través de Facebook que, a la postre, también ha moldeado los perfiles que se presentan en este número cero. Así, cuenta Vinz, son más mujeres que hombres las que posaron y finalmente tuvo que optar por dibujar a unos modelos trans que no logró fotografiar. Fotografiados en Barcelona, Nueva York o Islandia, Playnude se presentará a lo largo de 2017 en Bolonia, Perpignan, Barcelona, Marsella, Nueva York y Milán, entre otras ciudades.
Por Carlos Garsán // reportaje para Valencia Plaza