UN ESTUDIO MUESTRA QUE MÁS DE LA MITAD DE LOS HOMBRES ADOLESCENTES CREEN QUE EL SEXO EN EL PORNO ES «REAL»
Apelando a la verosimilitud para satisfacer la fantasía y el deseo el porno se hace pasar por real, de la misma forma que los reality shows: con el realismo es más fácil identificarse y transferir sensaciones. Sin embargo, por más que juegue a fingir géneros amateurs, cámaras ocultas e incluso sex tapes, el porno es mayormente una hipérbole del sexo, siempre con una agenda, siempre un simulacro (aunque el simulacro reemplace a la realidad). Como también ocurre en los reality shows el solo hecho de que se firmen contratos, se elija a ciertas personas atractivas y ciertos momentos, se discutan las escenas (más allá de que haya guión o no), se sientan las cámaras y se tenga un objetivo comercial, hace que el sexo que se muestra no puede considerarse como real y por lo tanto se arriesga a una distorsión de la realidad si se toma como tal.
Vale la pena detenerse en esto, puesto que el porno llena el vacío que deja la falta de estructuras adecuadas de educación sexual en muchos países. Gran parte de los adolescentes conocen el sexo y se forman una impresión de cómo debe ser viendo porno. Un estudio reciente en Estados Unidos mostró que 53% de los adolescentes de sexo masculino cree que el tipo de sexo que se muestra en el porno es real; las niñas son un poco más sensatas y sólo 39% piensa que el sexo que ven es verdaderamente realista.
El sitio Daily Beast transcribe algunas de las declaraciones de los chicos que participaron en el estudio y algunos jóvenes hablan de que las conductas del porno son imitadas entre sus amigos. Uno de ellos dice que sus amigos han implementado ciertas actitudes como «dar una cachetada aquí y allá». De nuevo, las chicas muestran más madurez: «Algunas de mis amigas lo han usado como guía para el sexo y se están llevando impresiones equivocadas de sus relaciones», dice una adolescente de 13 años. Otra hace énfasis en otro de los problemas principales del porno cuando se toma como ejemplo, la sensación que se genera de tener cuerpos o desempeños inadecuados: «Nos da una visión irreal del sexo y nos hace demasiado conscientes de nuestros cuerpos, o cuestionarnos por qué no están tan desarrollados como los que vemos en línea».
La actriz porno Sunny Lane sugiere que «como en el show Jackass, debería aparecer una advertencia al principio y al final diciendo ‘las personas que aparecen aquí son profesionales entrenados y los stunts realizados no deberían ser intentados en casa’… creo que el entretenimiento para adultos debería tener una etiqueta así para ayudar al público a distinguir lo que es un performance de la realidad». A su vez, varias estrellas porno mencionan que uno de los efectos que tiene el porno es que hace que una posición que en realidad es incómoda y hasta peligrosa se vea como divertida.
Más que prohibir o llenar de tabú el porno o este tipo de sexo glorificado y distorsionado –siendo que esto sólo lo hace más deseable para los adolescentes– es necesario generar alternativas educativas modernas para introducir a los jóvenes al sexo o actualmente, cómo se ha propuesto ya en Dinamarca –donde en algunas escuelas se revisan videos porno en las clases–, para hacerles saber que el sexo del porno no es real y no hay por qué comparar la realidad que viven con el porno.