“El profundo y corrompido estanque se cerró sombrío, silencioso, sobre los restos de la Casa Usher”.
La Casa Usher de Edgar Allan Poe vuelve a levantarse. Las últimas líneas del cuento “La caída de la Casa Usher”, del escritor norteamericano decimonónico Edgar Allan Poe, probablemente conformen uno de los desenlaces más efectivos de la literatura universal.
Decía Poe que no se debía empezar a escribir sin previamente haber ideado la trama de un relato en su totalidad. En base a esta premisa, Poe ya tenía en mente el desenlace del cuento antes de empezar a escribirlo. Quizá por eso las palabras con las que concluye el relato nos incitan a releerlo para volver a erigir la casa y reproducir un proceso cíclico de creación y destrucción que nunca llega a su fin.
La obra de Poe sigue ejerciendo un persistente influjo tanto en los círculos académicos como en la cultura popular, como atestigua el inminente estreno en Netflix de la serie La caída de la Casa Usher bajo la dirección de Mike Flanagan.
Uno de sus mejores relatos
Desde su publicación en Burton’s Gentleman’s Magazine en el año 1839, “La caída de la Casa Usher” obtuvo los favores tanto de público como de crítica. El propio Poe siempre lo consideró uno de sus mejores relatos.
El editor Rufus Wilmot Griswold, con quien el escritor siempre mantuvo sus diferencias, ensalzó la historia, junto con “Ligeia”, como las obras más logradas de Poe en la necrológica que escribió tras la muerte del autor.
La notoriedad que adquirió el relato propició que fuera compilado en numerosas antologías. Pese a la distancia temporal que nos separa de la época en la que Poe lo escribió, su trama sigue fascinando y aterrando por igual a propios y extraños.
No en vano, a nivel temático, el teórico Tony Magistrale lo considera el relato de terror por excelencia, al retratar la lucha del ser humano con una fuerza maligna que lo condena inevitablemente a la destrucción.
Tras recibir una carta de su amigo de infancia Roderick, un narrador anónimo acude solícito a la mansión de los Usher. Allí se ve sumido en un ambiente lúgubre y malsano.
Roderick adolece de una acuciante agudeza de los sentidos, mientras que su hermana Madeline sufre de catalepsia, por lo que su estirpe está condenada a la extinción. Poco después de la llegada del narrador a la casa, Madeline fallece y es enterrada en la cripta familiar.
Pero una serie de indicios sugieren que ha sido sepultada en vida. Tras el conflicto final, el narrador contempla, desde lejos, el hundimiento literal de la casa.
El relato amalgama motivos recurrentes en las obras de Poe: la figura del artista atormentado, el entierro prematuro, la catalepsia, la narración subjetiva en primera persona y una atmósfera inquietante que envuelve al lector y lo incita a cuestionar la realidad que se le describe.
Estudios alrededor de Poe
A lo largo de los años, las interpretaciones del cuento de Poe se han sucedido en base a tres líneas de investigación: los estudios góticos, la crítica psicoanalítica y la poética de la narración.
“La caída de la Casa Usher” ha sido considerada una historia clásica de terror, debido a los rasgos antropomórficos que dotan a la casa de entidad propia y la convierten en la primera mansión encantada de la literatura norteamericana. Pero la hipersensibilidad y catalepsia de los protagonistas, junto con la inevitable extinción de su estirpe, también han llevado a interpretar el cuento como un relato vampírico.
Pese a que “La caída de la Casa Usher” comparte muchos elementos narratológicos con la tradición clásica gótica, la gran innovación que introduce Poe consiste en recurrir a elementos góticos para representar estados anímicos y trastornos mentales. En este sentido, a causa de una amenazante fisura que divide la Casa Usher, la crítica psicoanalítica se ha aproximado al cuento de Poe como representativo de la fragmentación de la psique humana. Así, se considera a Roderick la personificación de la consciencia que pugna por reprimir sus instintos, encarnados en Madeline.
Por otra parte, estudios de la obra de Poe desde la disciplina psicoanalítica han destacado el paralelismo existente entre el personaje de Roderick como artista angustiado y el propio escritor. También acentúan su mutua fijación incestuosa con lo materno, puesto que la relación entre Roderick y Madeline remite al matrimonio de Poe con su joven prima Virginia Eliza Clemm.
Finalmente, debido a la presencia del estanque en el que se refleja la casa, introduciéndola en un espacio simbólico, se ha considerado que la historia alude explícitamente al propio proceso creativo al ilustrar los preceptos de unidad de efecto y de diseño preestablecido a los que aludía Poe.
En la actualidad, nuevas interpretaciones han focalizado la atención en otros aspectos del cuento.
Desde el deconstruccionismo, se interpreta “La caída de la Casa Usher” como la fantasía de un escritor por crear una estructura narrativa mediante la cual se erige una construcción arquitectónica cuyo derrumbamiento precisamente da origen al relato.
Los estudios feministas se han aproximado al cuento de Poe como sintomático del terror ancestral hacia la sexualidad de la mujer. También han identificado un halo de subversión de los roles de género decimonónicos en base a la rebelión de Madeline como personaje femenino.
Desde la ecocrítica se ha interpretado la Casa Usher como ente orgánico, ahondando en una simbiosis entre paisaje y humanidad, que sugiere una venganza, por parte de la naturaleza, al haber sido corrompida.
La Casa Usher de Edgar Allan Poe vuelve a levantarse. Influencia en otras artes
Debido a la caracterización de Roderick Usher como artista especialmente dotado para la literatura, la música y la pintura, el relato de Poe también sugiere una marcada intertextualidad entre las artes que ha inspirado obras de diversa índole.
El cuento de Poe ha ejercido su influjo en la poesía simbolista francesa y en la literatura contemporánea de terror desde H.P. Lovecraft hasta Stephen King. Así, El resplandor (1977), como apunta el crítico Burton Pollin, remite a “La caída de la Casa Usher” en lo que atañe a la caracterización del protagonista, Jack Torrance, como escritor atribulado y al colapso final del hotel Overlook.
Por su parte, el compositor francés Claude Debussy se declaró obsesionado por el personaje de Roderick Usher hasta llegar a escribir una ópera inconclusa basada en el cuento de Poe. La publicación de ediciones ilustradas del relato, entre ellas las de Harry Clarke y Arthur Rackham, sirvió de inspiración a numerosos pintores surrealistas.
Asimismo, debido a la sucesión de elementos visuales a lo largo de su trama, este cuento siempre ha ejercido una marcada fascinación en todo tipo de cineastas. Alfred Hitchcock se declaró un admirador incondicional de Poe.
En algunas de sus obras maestras se aprecia el influjo del relato. El crítico Dennis Perry argumenta que el planteamiento inicial de Vértigo (1958), en el que Elster acude a Scottie para vigilar a su esposa, remite a la petición de Roderick al narrador con respecto a Madeline. Y en Psicosis (1960), el desdoblamiento de personalidades, el ambiente decadente que impregna la casa y la laguna que la circunda evocan, de forma manifiesta, el relato de Poe.
En sí mismo, este cuento ha sido objeto de numerosas adaptaciones cinematográficas. En 1928, se estrenaron las dos primeras: un mediometraje francés de estética vanguardista dirigido por Jean Epstein, que aúna “La caída de la Casa Usher” con “El retrato oval”; y un cortometraje norteamericano de influencias expresionistas de James Sibley Watson y Melville Webber, que recrea el ambiente angustioso del cuento original.
La adaptación a cargo de Roger Corman en 1960 ha sido ampliamente aclamada. Supuso el principio de una serie de adaptaciones de los cuentos de Poe por parte de Corman que adquirieron una gran notoriedad en la época y contribuyeron a popularizar las obras del escritor norteamericano entre las nuevas generaciones.
Con estos precedentes, la serie de Mike Flanagan utiliza los argumentos y temas recurrentes en la obra de Poe y los traslada a una época contemporánea mediante una trama repleta de vendettas intrafamiliares.
Mediante esta nueva revisión del cuento, se confirma la naturaleza cíclica de la ascensión y caída de la Casa Usher y de sus integrantes. Estos, pese a permanecer bajo las aguas corrompidas del estanque, emergen una vez más para derrumbarse y volver a regenerarse por el perenne ciclo de la creatividad y el persistente legado de Poe que se extiende hasta nuestros días.
La Casa Usher de Edgar Allan Poe vuelve a levantarse. Por Marta Miquel-Baldellou, Investigadora postdoctoral en el «Centro de Literaturas y Culturas en Inglés» de la Universidad de Lleida. Especializada en estudios culturales, literatura comparada y ficción audiovisual., Universitat de Lleida
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.