Aunque nació en Girona, la artista Remedios Varo siempre se sintió mexicana por lo que desarrolló su vida y obra en el país norteamericano.
Remedios Varo: visionaria, surrealista y olvidada- Nacida en España en 1908, fue una de las exponentes del surrealismo que floreció en México. A su vez, este movimiento artístico fue una derivación de la escuela vanguardista, cuyo nacimiento surgió después de la Primera Guerra Mundial.
Algunos sugieren que el surrealismo fue una consecuencia de la devastación bélica; si el exterior carecía de sentido, era momento de volver la mirada hacia el interior.
Remedios Varo: visionaria, surrealista y olvidada. En sus obras buscó transfigurar el papel de la mujer como un objeto de deseo masculino. Por ello, en sus pinturas las mujeres son alquimistas, brujas, seres espirituales.
A la par, Remedios Varo creó mundos alternativos, donde la imaginación fusiona trozos de la realidad generando nuevas formas. Su obra posee la influencia teórica de Jung, Freud y Adler, así como de distintas formas de misticismo.
En el contexto de la Guerra Civil Española, Remedios quedó del lado de la oposición republicana, con lo cual se convirtió en una férrea crítica del régimen franquista.
Posteriormente inició una relación con el poeta Benjamín Peret con el que se mudó a París, donde permanecieron hasta la invasión nazi.
Varo y Péret llegaron a México en 1941, donde las políticas de Lázaro Cárdenas les permitieron una rápida naturalización y acogida. La pareja se asoció con pintores mexicanos como Frida Kahlo y Diego Rivera, además de conocer otros artistas en el exilio como Leonora Carrington.
Entre los grandes amigos de la pareja también se encontró Octavio Paz, quien expresó una profunda admiración por la pintora.
El segundo matrimonio de Remedios duró hasta 1947, tras lo cual ella se dirigió a Venezuela, en donde su estancia duro dos años. Tras su regreso en 1949, Remedios contrajo nupcias por tercera vez con el político austriaco Walter Gruen, con quien vivió en México hasta su muerte en 1963.
Remedios Varo: visionaria, surrealista y olvidada. Por Silvia García