Deja que tu mirada se pierda en el horizonte contemplando las maravillosas vistas del mediterráneo que te ofrece Mar y Paz
Una experiencia sensorial inigualable en Mar y Paz. En este veterano templo gastronómico del norte de Mallorca se sirve cocina mediterránea viajera de calidad. Aquí se come rico, muy rico. Además la situación no puede ser más privilegiada y resulta muy placentero notar la brisa del mar mientras degustas algunos de sus fantásticos manjares y dejas que tu mirada se pierda en el horizonte.
Si te apetece comer pescado o marisco recién sacado de la bahía, tienes que reservarlo con antelación, pero te puedo asegurar que la caldereta de langosta o el «Bullit de Peix i arroç a la banda» estilo ibicenco, te los prepararán con tanta maestría que están para chuparse los dedos. También puedes apostar por sus famosas paellas elaboradas con el mejor producto y arroz bomba.
Una experiencia sensorial inigualable en Mar y Paz. Este rincón gastronómico además ofrece una carta repleta de referencias del recetario mundial con platos exóticos de influencias asiáticas y sudamericanas.
Algunos ejemplos son el Yukhoe: tártaro coreano de solomillo de ternera, el Pad Thai de fideos de arroz con gambas, el ceviche de corvina salvaje y pulpo nikkei o algo con tintes isleños como los Calamarcitos salteados con sobrasada y camaiot.
Si te gusta la carne ibérica y quieres descubrir sabores y texturas nuevas, has llegado al lugar adecuado. No puedes irte sin probar el Lagarto ibérico Tonkatsu, un corte de cerdo ibérico delicioso que cada vez está tomando más fama por su calidad y sabor.
Sus toldos con los grafitis de fondo cubren sus dos amplías terrazas repletas de vegetación que siempre están frecuentadas por un elenco de cliente multicultural. Además Mar y Paz es un punto de encuentro entre los lugareños, seña de su buen hacer y atención carismática.
Está abierto todo el día y puedes almorzar, cenar o simplemente tomarte unos cócteles de autor contemplando sus maravillosas vistas al mar mediterráneo.
Una experiencia sensorial inigualable en el Mar y Paz. Por Bernd Eldelbar