El Aquanauta del barrio de Santa Catalina de Palma tiene ese encanto vintage viajero que invita a quedarse horas en su interior disfrutando de la comida
El Aquanauta: una manera desenfadada de disfrutar de la comida. Nos adentramos en un espacio compuesto por varias habitaciones y cada una con una esencia muy especial. El local resulta atractivo, perfecto para quedar con amigos y compartir una comida o cena más informal.
El Aquanauta: una manera desenfadada de disfrutar de la comida. Aquí, entre otras cosas, se pueden comer unos tacos frescos y aromáticos como los tacos de pescado estilo baja California
La cocina de Baja California comprende diversas migraciones y culturas, lenguas y tradiciones – aparece aislado e incomunicado con otros, como si sus costas, montañas, valles, despeñaderos y ensenadas hubieran querido separar las vidas de los seres humanos que por aquí han cruzado. Este aire viajero y más impregna las paredes de este local de espíritu surfero, gracias a sus dueños, amantes de este deporte.
Una manera desenfadada de comer en una ambiente casual, juvenil y alegre. Su lenguaje propio permite conocer emociones lejanas al degustar todo lo que se elabora al momento y ofrece con sonrisa del personal detrás de la barra de la cocina a la vista en El Acuanauta.
¿Qué más pedir? Puedes pedir Guacamole con totopos recién hechos, tostada de pulpo con chipotle y, si estas algo cansado de una mañana ajetreada no dudes de escoger su menú mediodía y podrás degustar además la sopa de pozole verde con pollo, la crema de calabaza y chipotle…y muchas más delicias del Pacífico.
La cocina de El Acuanauta trata de comunicarse con todas la culturas revalorizando los productos de cielo, mar y tierra de proveedores locales. Con ello creó un estilo propio basado en sabores y colores que hacen resonar esta cultura culinaria de mestizaje.
Por la noche puedes optar por una cena más divertida, tomarte un cóctel Margarita y el ceviche de corvina. El sitio es de espíritu libre, colorido y con un personal joven y atento. A disfrutar se ha dicho.
Por Bernd Eldelbar