Mallorca y sus playas imaginarias dirigidas al turista despistado. Cala Son Banya, Cala Son Gotleu y otras supuestas joyas del litoral.
¿Turismo sostenible o simplemente trolling balear? En una maniobra tan ingeniosa como sarcástica, algunos usuarios de redes sociales han comenzado a promocionar barrios interiores de Mallorca como si fueran playas de ensueño.
Nombres como “Cala Son Banya” o “Cala Son Gotleu” circulan en internet acompañados de fotos idílicas sacadas de cualquier sitio menos de allí. El objetivo no es otro que despistar a turistas incautos y, de paso, aliviar la presión sobre las calas reales.

¿Turismo sostenible o simplemente trolling balear? Carteles falsos: entre la prevención y el teatro callejero
No contentos con la geografía ficticia, algunos habitantes han optado por llevar el show al terreno físico. En varias playas auténticas han aparecido señales de advertencia dignas de una novela de ciencia ficción: desde infestaciones de medusas invisibles hasta zonas “peligrosas” restringidas por misteriosas razones.
Todo, claro, en varios idiomas. ¿Precaución o performance veraniega? El debate está servido, junto con la sangría.
A pesar del carnaval de sarcasmo, la isla de Mallorca sigue contando con una costa tan real como espectacular. Las calas vírgenes, los arenales familiares y las playas urbanas conviven aún —aunque algo asfixiadas— con esta reciente ola de creatividad popular. Quien se moleste en mirar más allá del primer “reel” probablemente encuentre paisajes que superan la ficción.
El turista como detective: entre la brújula y la ironía
En este nuevo y divertido escenario, visitar Mallorca se ha vuelto casi un juego de pistas. ¿Será esa cala de verdad o una broma local? ¿Ese cartel anuncia peligro o sarcasmo? Lo cierto es que el viajero deberá añadir a su equipaje una buena dosis de sentido del humor y, por si acaso, un mapa de papel.
Mallorca y sus playas imaginarias dirigidas al turista despistado. Por Leonardo Lee. Imagen: Marina Capdevila.