El jardín de Byung-Chul Han es más que un simple terreno donde cultivar plantas y flores.
Loa a la tierra: Un viaje al jardín de Byung-Chul Han. Es probable que la palabra que mejor sintetiza la actividad de Byung-Chul Han en su espacio de encuentro con la tierra sea la meditación: “El trabajo ha sido para mí una meditación silenciosa, un demorarme en el silencio”.
Alejándose de sus trabajos previos, en los cuales trasluce una intención crítica, en este las reflexiones no tienen un centro claro, más allá del espacio que las producen. Los pensamientos que quedan registrados en las páginas surgen como las flores del filósofo: esporádicos, dependiendo de la estación y de la relativa incertidumbre que vive quien trabaja la tierra.
Más que la construcción de un discurso o de un argumento, el ensayo se deleita en el conocimiento igual que el jardinero lo hace en sus plantas. Esto no quita profundidad a los escritos: las reflexiones van desde las sencillas indagaciones de un aficionado a la botánica hasta profundas meditaciones sobre la percepción del tiempo, tan distinta para alguien que está sujeto al incontrolable devenir de los ciclos naturales.
No faltan, tampoco, incisos políticos, en tanto que Byung-Chul Han, en la segunda mitad del libro, recoge “Un diario del jardinero” en el que lo escrito está supeditado a lo que vive el autor —como, por ejemplo, las elecciones de Corea del Sur—. Finalmente, lo que abunda en esta “Loa a la tierra” es la reflexión estética, especialmente, sobra decirlo, sobre la simbología de las flores. Es aquí donde las dos caras del escritor, el filósofo y el hombre del jardín, se conjugan para recordar que el conocimiento no se reduce a las enciclopedias, sino que es un diálogo con la realidad.
Loa a la tierra: Un viaje al jardín de Byung-Chul Han. Hay algo profundamente romántico en su nuevo libro
No solo por las constantes referencias al romanticismo —al compositor Hans Schubert y al poeta Joseph von Eichendorff, por ejemplo—, sobre todo por la noción que subyace al ensayo. Busca un reencuentro con la tierra, un regreso a lo natural. El jardinero reconoce que su jardín es un lugar romántico, pues, como afirma Novalis, busca dar un sentido sublime a lo vulgar e infinitud a lo finito. En esta línea, no se pueden perder de vista ciertas reflexiones que sí muestran un sentido crítico: recuerdan y lamentan cómo la humanidad no solo ha abandonado su lugar originario, sino que de hecho lo está destruyendo.
Loa a la tierra: Un viaje al jardín de Byung-Chul Han. Por Rose Sioux.