No podemos evitar imaginar otros mundos, ya sea por curiosidad natural o por la búsqueda de un modo de vida alternativo. Y en virtud de la búsqueda de una alternativa, criticamos el presente.
Damien Cifelli y la necesidad de imaginar otros mundos. En la obra de Damien Cifelli, el imaginario no es un refugio, sino un acto de resistencia. Imaginar otros mundos no solo es un impulso inherente al ser humano, sino también un gesto político: al construir alternativas, cuestionamos el presente.
En esa tensión entre lo ficticio y lo real, entre lo extraño y lo cotidiano, es donde su obra cobra toda su potencia. Damien Cifelli funciona como piedra angular de toda su producción artística y revela con claridad la motivación profunda que impulsa su obra: la creación de universos imaginarios no como simples ejercicios estéticos, sino como estrategias críticas frente al mundo real.
El artista escocés ha construido a lo largo de los años un universo paralelo llamado Tarogramma, una sociedad oculta, cargada de símbolos, rituales y rutinas, que se presenta como un reflejo distorsionado y, por tanto, revelador de nuestra realidad contemporánea.
La génesis de este mundo ficticio responde a una necesidad humana fundamental: imaginar alternativas. En este sentido, la obra de Cifelli se sitúa en la intersección entre la especulación y la crítica.
Tarogramma no se limita a ser una fantasía visual o un escenario meramente decorativo; es un espejo oblicuo, un territorio simbólico que nos obliga a preguntarnos por nuestras propias costumbres, valores y contradicciones.
Al representar una civilización ficticia que, en muchos aspectos, se asemeja inquietantemente a la nuestra, Cifelli nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de lo que damos por sentado. La repetición de ciertos objetos y símbolos forma parte del meticuloso proceso de world-building que Cifelli ha emprendido, y que da a su obra una sensación de profundidad histórica y cultural.
El espectador se enfrenta a una civilización que parece tener sus propias normas, su propio pasado, su sistema de creencias, aunque todo ello esté envuelto en un velo de ambigüedad.
Damien Cifelli y la necesidad de imaginar otros mundos