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Oskar Kokoschka. Un rebelde de Vienna

El pintor, poeta, escritor, ensayista y dramaturgo Oskar Kokoschka afirma que es un expresionista por expresar la vida a través del arte

Oskar Kokoschka. Un rebelde de Vienna. Comenzó su carrera en la Viena de principios del siglo XX, al igual que Gustav Klimt (1862–1918) y Egon Schiele (1890–1918).

Sus primeras obras escandalizaron tanto al público como a la crítica, que enseguida le calificó como “el gran salvaje” (Oberwildling). Su rica trayectoria personal y artística abarca la mayor parte del siglo XX, estando estrechamente ligada a los acontecimientos históricos de su tiempo.

A lo largo de su vida, su afán de independencia le mantuvo al margen de cualquier movimiento artístico. En ese sentido, el único adjetivo que Kokoschka aceptó para sí mismo fue el de expresionista: “Soy un expresionista porque no sé hacer otra cosa que expresar la vida”.

A través de sus poderosas pinceladas y el estilo particular del rebelde de Vienna, Oskar Kokoschka explora las emociones y la condición humana en un mundo convulso. Sus obras capturan la angustia, la pasión y la vulnerabilidad de su época.

Este compromiso con su arte se refleja en cada una de sus obras y convierte al pintor en testigo fundamental de su época y de las transformaciones que en ella se desarrollaron.

Si observamos Knight Errant en el contexto del arte austríaco y lo comparamos con las obras medidas y ornamentadas de Hans Makart o incluso Gustav Klimt, la radicalidad de Kokoschka emerge claramente. En lo que seguía siendo la Viena de fin de siglo, Knight Errant fue una notable excepción por la inmediatez de sus imágenes, que parecían provenir más del ámbito del psicoanálisis que de las tendencias artísticas contemporáneas. De hecho, el primer marido de Alma Mahler, Gustav, había consultado a Sigmund Freud sobre su matrimonio, y al parecer, la famosa pareja estaba versada en los principios del psicoanálisis. Pero tal vez Kokoschka estuvo igualmente influenciado por su admiración por los motivos alegóricos y literarios del Barroco. Cualquiera que fuera su origen, sus imágenes cargadas de emoción provienen de una interpretación turbulenta y personal del Expresionismo.

El radicalismo de sus comienzos le llevó a ser blanco de los nazis, que le señalaron como representante del “arte degenerado”. Debido a la lucha contra el fascismo que mantuvo a través de sus obras, llegó a ser en una figura influyente en la reconciliación europea tras la Segunda Guerra Mundial y participó activamente en la reconstrucción cultural de un continente devastado.


Oskar Kokoschka. Un rebelde de Vienna. Por Cornelia Lauf

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