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American Bedroom: historias de cama por Barbara Peacock

En su serie American Bedroom, la fotógrafa Barbara Pallian Peacock captura mucha de la magia y de los sentimientos que impregnan las almohadas y los colchones de los anónimos protagonistas que le relatan sus historias de cama.

American Bedroom: historias de cama por Barbara Peacock. La cama puede ser un refugio en el que podemos sentirnos más vivos que nunca o un limbo terrenal en el que abandonarnos a la muerte. Puede ser el pequeño espacio en el que podemos vivir la felicidad más inmensa o el hábitat asfixiante en el que sumirnos en la más absoluta tristeza. Sea lo que sea, sobre una cama ocurre gran parte de la vida.

La mayoría de nosotros guarda en su memoria un puñado de recuerdos imborrables que funcionan como el último resquicio de esos momentos que un día vivimos entre sábanas. En nuestro lecho, hemos tenido conversaciones trascendentales, hemos soñado a lo grande, hemos viajado sin movernos del sitio, hemos hecho el amor o nos hemos roto en un llanto.

«Encontrar el amor a una edad avanzada me ha enseñado muchas cosas, entre ellas, no ser tímida ni sentir vergüenza por mi cuerpo. ¡Es liberador decir que soy grande, audaz y hermosa!», Laverne y James, 72 y 74 años respectivamente.

Con el concepto American Dream como punto de partida de esta serie fotográfica y el ideal de vida que un día se le vendió a la sociedad estadounidense, Bárbara inmortaliza una intimidad que encarna el verdadero espíritu que debería estar conformando este sueño.

«Mi vida ha sido tremendamente dramática, pero mis tres maravillosos hijos han hecho que no pudiera ser mejor», Doris, 97 años.

La fotógrafa comenzó con la idea de esta colección de sueños americanos observando a su marido mientras dormía. Acto seguido, empezó a fotografiar a sus familiares y allegados hasta que postuló para conseguir la beca Getty Editorial Grant y la obtuvo. Gracias a esta oportunidad empezó a viajar por EE.UU. y a capturar en su lente a cientos de desconocidos con lo que contactaba vía Facebook.

La heterogeneidad que muestra la amalgama de personas que protagonizan American Bedroom no solo es el reflejo de la diversidad y las diferentes aristas de la sociedad americana, sino que iguala a todas las personas con sus anhelos, deseos, condiciones, etnias y orientaciones en un espacio común: sus camas.

«Nadie sabe cuánta violencia se necesitó para volverse tan gentil”, Tess, 42 años.

“No se trata tanto de que yo tome una fotografía, sino de que ellos cuenten su historia. En conjunto, son la voz de Estados Unidos”.

Con su serie, Bárbara no sólo ha hecho una increíble labor artística, sino que también ha usado su talento y su pasión para ser una mejor versión de sí misma.

«El amor crece. Si eliges amar, no hay límite para lo grande y abarcador que puede llegar a ser. Elegimos amarnos unos a otros todos los días y seguiremos eligiendo amar a medida que avanzamos hacia el futuro», Micha y Kody, 35 y 40 años respectivamente.

“Como fotógrafa, me he vuelto más sensible a las personas y a la condición humana. Me detenía un poco para escucharlas de verdad y pasar más tiempo con ellas si así lo deseaban. Honestamente, algunas personas se sienten tan solas que quieren que me quede y hable, algo que he hecho en muchas ocasiones”.

“Pasé la mayor parte de mi vida odiando mi cuerpo, pero elegí dejar de vivir de esa manera. Poco a poco estoy encontrando la paz. Nunca pensé que podía ser tan feliz y nunca pensé que la vida podía sentirse tan libre”, Hannah, 25 años.
«Mientras mis partes físicas se sienten seguras en mi espacio vital, apoyadas sobre una almohada, mi corazón anhela mi hogar, mi comunidad, nuestra tierra», Mek, 29 años.
«Hemos estado juntos desde la infancia. Durante décadas hemos sentido el peso de la responsabilidad por nuestros hijos. Ahora estamos nuevamente solos. Nuestro nido vacío ha despertado una vez más la alegría de la libertad que teníamos cuando éramos jóvenes», Becky y Dave, 65 años.
“La maternidad puede abarcarlo todo. Puedes perderte en ella o puedes ser como una mariposa y transformarte en la mejor versión de ti misma. Es un trabajo sagrado criar pequeños seres humanos. Estos son los días más difíciles y, sin embargo, los más dulces de toda la vida. No lo cambiaría por nada del mundo”, Sarah.
“Me digo a mí misma que soy hermosa, que soy amada, que soy lo suficientemente buena. Exijo respeto de mí misma porque lo merezco. Mido 1,60 m y peso 104 kg y nunca me disculparé por ello”, Jeanine, 26 años.
«Las mujeres trans también merecen amor», Shuna y Cleo, 23 y 24 años respectivamente.
«Lo sostenemos con nuestros cuerpos desnudos, nuestras manos y nuestros corazones. De manera generosa y algo sencilla. Un día encontramos este amor entre nosotros y estamos agradecidos por ello todos los días», Alexander y Grace, 26 y 28 años respectivamente.
«Escucha la voz que hay en tu interior y se preocupa por ti. Lo más valiente que he hecho en mi vida fue enfrentarme a verdades que me asustaban. Pero así fue como aprendí que ser vulnerable te hace fuerte», Daniella, 27 años.
«Autopistas interminables y moteles de mala muerte; vagando por este país en ruinas en busca de un lugar idílico para construir nuestro hogar y futuro autosostenibles. Juntos estamos completamente listos para abrazar la Era de Acuario», Lolly y Jordan, 31 y 33 años respectivamente.
«Tengo sueños… como todas las demás», anónima, 52 años.
«Todo lo que siempre quisimos fue un amor que no nos recordara el dolor. Nunca fuimos difíciles de amar, solo le pedimos a las personas equivocadas que lo intentaran», Taylor y Shannon, 25 y 26 años respectivamente.
«Hemos recorrido este camino durante cuatro décadas. Mañana saldrá el sol y el viaje continuará», Jeff y Sharman, 68 y 70 años respectivamente.
«¡Posibilidades y aventuras infinitas! Vendimos nuestra casa y casi todo lo que teníamos hace tres años. No sabíamos lo que nos esperaba en el camino… una libertad como nunca antes habíamos tenido mientras buscábamos un nuevo lugar y una comunidad a la que llamar hogar», la familia Mathews.
“Desmantelar y reconstruir (el impulso de destruir es un impulso creativo, un reinicio natural), construir un hogar en ti, un hogar en mí. Juntos, el hogar siempre está creciendo, siempre se está redefiniendo, desmantelando y reconstruyendo. Nos vemos, hacemos espacio para cada uno. Y aquí, siempre estamos seguros dentro”, Cai y Claire, 28 y 29 años respectivamente
“Mi corazón está dentro de mí, pero mi hogar está dentro de los corazones de muchos otros. Mi viaje para encontrar mi hogar nunca terminará hasta que encuentre el camino de regreso a mí mismo”, Spencer, 23 años. “Este coche me ha parecido un lugar cómodo y confortable durante más tiempo del que he vivido en cualquier otra habitación siendo adulta”, Laura, 23 años.
“Cuando estaba más delgada fue por una ruptura terrible y por haber bebido demasiado vodka con soda y cigarrillos. Todos decían que me veía maravillosa, pero caí en una espiral de depresión. Ahora que recuperé el peso, la gente me trata de manera diferente, así que les digo que esta es la nueva yo hermosa y que así es como se ve la felicidad”, Reagan, 25 años.
“El amor tiene muchas formas diferentes; el nuestro es único, despreocupado y completo. Somos capaces de ser plenamente nosotros mismos el uno con el otro”, Sam, Nae y Matt.

La fotógrafa además de capturar a sus modelos, se ha preocupado de escuchar las historia detrás de sus vulnerables miradas, esas que al final también son las nuestras y la tuya.


Por Luiki Alonso

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