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Erwin Wurn, el escultor que moldea la crítica social con humor

El artista vienés juega con los elementos cotidianos para que el espectador, con una sonrisa, se plantee su relación con ellos y su lugar en un mundo consumista.

Erwin Wurn, el escultor que moldea la crítica social con humor. Escultor, fotógrafo y una de las miradas que pone el mundo como lo conocemos patas arriba (a veces de forma literal) para zarandear conciencias desde el prisma del humor. El trabajo de Erwin Wurm (1954), escultor y fotógrafo austríaco, es una sonrisa llena de crítica social.

Wurm vive y trabaja en Viena, donde se formó en las academias de Bellas Artes y Artes Aplicadas. En sus obras, el artista contemporáneo desafía los límites de la escultura tradicional mientras redefine la interacción entre el espectador y aquello que ve, invitándole en muchas ocasiones a interactuar con las piezas.

Su trabajo es fácilmente identificable: distorsiona objetos de la vida cotidiana, familiares, como coches o camiones, con un toque de surrealismo que saca una sonrisa, siempre desde el prisma satírico-humorístico. 

«A menudo se utiliza el humor para seducir a la gente. Para conseguir que se muevan más cerca, pero nunca es muy agradable cuando se miran de cerca».

El humor presente en sus obras es parte de su estrategia para acercarse al espectador, una forma de abordar “las verdades acerca de la sociedad y de la existencia humana” desde otro punto de vista, tal y como comparte. 

Erwin Wurn, el escultor que moldea la crítica social con humor. “El sarcasmo y el humor puede ayudar a ver las cosas de una manera más ligera».

Así lo demuestra en su seria continua One Minute Sculptures. Iniciada en 1980, estas performances invitan al público a participar, reevaluando la naturaleza de la escultura, interaccionando con los objetos cotidianos.

El minuto de duración de la performance fuerza a su fugacidad, por lo que tan sólo se pueden capturar recuerdos en imágenes o vídeos tomados in situ.

Otra de sus series célebres es Fat Car, donde Wurm infla coches de lujo, iconos de estatus de acuerdo con la cultura de masas. El austriaco cuestiona con estos adorables vehículos el valor que asociamos a simples objetos, además de la obsesión por la imagen, la apariencia y la percepción del cuerpo normativo, incluso en bólidos. 

Siguiendo esa línea de romper con lo normativo, en The Artist Who Swallowed The World el artista nos muestra un hombre completamente redondo, como el mundo que acaba de tragarse.

El trabajo de Wurm nos invita a replantearnos nuestro papel en el mundo, el valor que le otorgamos a los objetos y cómo percibimos lo que nos rodea… siempre con una sonrisa, porque el arte es un juego.

“Mi trabajo habla de toda la entidad de un ser humano: lo físico, lo espiritual, lo psicológico y lo político».


Erwin Wurn, el escultor que moldea la crítica social con humor. Por María Toro

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