Dureza, miserias y el desencanto de la posmodernidad, caben en cada brillante ilustración del alemán Sergio Ingravalle.
El ilustrador Sergio Ingravalle arremete contra la vida moderna. En este proyecto, llamado Mindshots, el artista alemán se adentra con acierto y agudeza en algunos aspectos de la vida moderna de una manera crítica e irónica en poderosas viñetas. Corren malos tiempos para una sociedad que anda sumida en las dictaduras de las redes sociales, el capitalismo y el culto a la superficialidad.
El ilustrador Sergio Ingravalle arremete contra la vida moderna. Todo es más llevadero con sentido crítico, humor y un toque de ironía.
Sergio Ingravalle ilustra desde el minimalismo estético y con tres colores fetiche, como el rojo, el blanco y el negro, la soledad, el egocentrismo y otros temas como la corrupción, el universo digital y la falta de empatía. La voracidad de nuestro mundo materialista es su fuente inagotable de inspiración.
Sergio descubre su vocación tras un extraordinario viaje de cinco meses desde Sídney a Pekín en el que se sintió motivado por la ilustración como una nueva actividad artística. De ahí surgió esta apasionante serie de viñetas que lo dicen todo sin decir nada.
Según el artista, el término Mindshots se creó a partir de las ideas que le surgen durante diversas actividades, ya sea trabajar, conversar, mirar una película, salir con amigos o simplemente aburrirse en la sala de espera del médico.
A partir de las propias reflexiones ilustradas de este creativo, te invitamos a reflexionar a ti con estos disparos de realidad que seguro que te apelan, te remueven e, incluso, te incomodan.
Desde su infancia le ha gustado trabajar con lápices, acuarelas y tinta. Ahora combina los elementos digitalmente para crear ilustraciones únicas. Cambiar de estilo, mezclar técnicas y explorar aspectos desconocidos de sus habilidades le impulsan hacia adelante y le permiten crear proyectos visualmente atractivos para una amplia gama de clientes.
El ilustrador Sergio Ingravalle arremete contra la vida moderna. Por Leonardo Lee