Hacerse un hueco en el mundo del arte contemporáneo nunca ha sido fácil. Por eso, las ferias satélites como Just Mad son clave para que los creadores con menos trayectoria puedan exponer su obra y, eventualmente, saltar a las grandes citas como ARCO.
Just Mad: la feria trampolín del arte contemporáneo. Hacerse un hueco en el mundo del arte contemporáneo nunca ha sido fácil. Decenas de ferias, tendencias cambiantes y las idas y venidas de un mercado volátil son algunos de los elementos que los artistas, sobre todo los jóvenes, deben capotear.
Más allá de las grandes citas, como sucede en Madrid con ARCO, las ferias satélites organizadas en torno a ellas son clave para que los creadores con menos trayectoria puedan experimentar sin que sus obras estén encorsetadas.
Ese es el principal reto de Just Mad, el espacio expositivo que se ha convertido «en el impulso precursor para grandes nombres del arte contemporáneo, un espacio para el aprendizaje, acompañamiento y trampolín de galerías y artistas», tal y como lo define su director, Óscar García. De esta forma, Just Mad se ha convertido en uno de los localizadores esenciales de nuevos proyectos dentro del arte contemporáneo en España.
Así pues, este espacio ha contado con artistas que, poco después, han llegado a ser aclamados tanto nacional como internacionalmente. Ejemplo de ello son Javi Calleja, Gabriela Bettini, Julia Huete, Elena Alonso, Solimán López, Almudena Lobera, Rosana Antolí, Felipe Pantone y Germán Gómez, entre otros.
A continuación, dos historias de triunfo en un mercado atomizado que tuvieron su génesis en las paredes de Just Mad, feria que este año llega a su XV edición y reúne a más de 40 expositores y galeristas de nueve países
Just Mad: la feria trampolín del arte contemporáneo. La XV edición de Just Mad cuenta con más de 40 expositores y galeristas de nueve país
Identidad propia
Rafa Macarrón llegó a Just Mad de la mano de la galería Adora Calvo en 2014. Este artista, de entonces 27 años y afincado en Madrid, recuerda cómo aquella feria fue distinta. «Buscaban lo emergente, un poco la frescura dentro del mundo del arte», relata. El propósito de la feria siempre ha sido situar en el mapa a nuevos creadores:
«Ahí encontré una feria con identidad propia que me ayudó a contextualizarme como artista. Yo ya había pasado por ARCO, pero me encantó lo alternativo de Just Mad».
Aquellos inicios no solo estuvieron en Madrid. En la edición que Just Mad organizó en Miami, Macarrón pudo conocer personas que le ayudaron a transitar el camino que quería recorrer. Lo primero que Macarrón expuso en esta feria fue una serie de cuadros en los que siguió trabajando. Sabía que podía arriesgar, que ahí los proyectos no tenían que estar tan delimitados como sucede, en muchas ocasiones, en otras ferias de renombre.
«En Just Mad se pueden encontrar cosas maravillosas porque se ve la inocencia de muchos artistas en sus inicios. ARCO es más la evolución que todos buscamos, pero no te puedes quedar siempre en ser la eterna promesa», dice.
En realidad, Just Mad no solo aporta un empujón a los artistas, sino también a las galerías y sus apuestas. Y el público juega un papel importante. Diferenciado totalmente de los coleccionistas que uno puede cruzarse por los pasillos de Ifema mientras se celebra ARCO, en Just Mad suelen buscar los inicios de un artista para luego seguir su evolución.
«En otros países está más normalizada y reconocida esa faceta, la de la feria satélite. Muchos galeristas, advisers y comisarios pasean por ellas buscando a futuras promesas y nuevas tendencias, y en España es verdad que costaba más. Al coleccionismo le costaba entrar», reflexiona Macarrón.
Salir de la galería
Inma Femenía es otro de los nombres que encontró en Just Mad un rincón donde exponer sus obras. Lo hizo en 2015, acompañada por Punto, una galería de Valencia que con el tiempo pasó a llamarse Jorge López. Tenía 29 años. Just Mad fue la primera feria en la que participó, y también lo hizo en otras ediciones, hasta que el impulso del trampolín fue suficiente para dar el salto a ARCO.
Aquello le sirvió para ver por dónde se movía el mercado, tomar el pulso. Preguntada por quién era hace casi una década y quién es ahora, cuando sus creaciones estarán presentes en ARCO de la mano de la galería Max Estrella, Femenía responde que ni su inquietud ni manera de observar el entorno han cambiado. En cambio, sí ha metamorfoseado su forma de trabajar dentro de su estudio: «La esencia de mi trabajo sigue ahí, pero estar en contacto con el coleccionismo ha hecho que mis obras se engrandezcan».
Just Mad: la feria trampolín del arte contemporáneo. Por Guillermo Martínez